Empresas y finanzas
Los pubs británicos están en crisis: cierran 30 cada semana
- La prohibición de fumar y el alza de impuestos lastra a estos negocios
- El Gobierno asegura que la mejor forma de defenderlos es usándolos
El clásico pub británico está amenazado de muerte. Más de 30 locales cierran cada semana, según denuncia Campaing for Real Ale, un lobby que lucha por los derechos de bares y clientes desde 1972.
Un buen ejemplo de la crisis que viven este tipo de locales es el Swan & Edgar, un pub en el centro de Londres que tiene más de un siglo y que ha sido comprado por un particular que quiere convertir el local en una vivienda. Los arquitectos contratados para supervisar la conversión alegaron que el pub solo atrajo de media 15 clientes al día.
Sin embargo, los vecinos tratan de bloquear el cambio. Alexander Melman, que encabeza la lucha por la defensa del pub, asegura que la petición del propietario para cambiar el uso del local ya ha sido rechazada dos veces. Aún así, y según apunta en Bloomberg, han pedido a las autoridades que sea considerado "un activo de valor para la comunidad", aunque aún faltan nueve meses para recibir una respuesta.
10.000 cierres en ocho años
Christopher Snowdon, del Instituto de Economía de Londres, ha mostrado como se ha acelerado el ritmo de cierres en los últimos años. En concreto, desde 1980 han desaparecido 21.000 pubs, 10.000 de los cuales han cerrado en los últimos ocho años.
Son muchos los riesgos que amenazan a los pubs. La primera, la situación económica, que hace que mucha gente prefiera comprar el alcohol en los supermercados y tomarlo en su casa.
Pero seguramente el principal problema que han sufrido sea la prohibición de fumar en edificios públicos y lugares de trabajo, lo que disuade a mucha gente que no quiere tener que fumar en el jardín del pub.
Culpa al Gobierno
De hecho, Snowdon acusa directamente al Gobierno de matar a los pubs británicos, tanto por lo relativo al tabaco -la medida que más estrechamente se relaciona con el cierre de bares- como al exceso de impuestos y regulación.
Una propuesta es que se reduzcan los impuestos a este tipo de locales, considerados como una fuente de empleo y en muchos casos el centro de la vida comunitaria de los pueblos.
Desde el Ejecutivo, por su parte, asegura que la mejor manera de defender los bares es hacer más uso de ellos, para que se conviertan en empresas viables, y no solo en una industria nostálgica.