Bankia tenía 3.624 millones en grandes créditos sin los papeles de su concesión en regla
- Los peritos acusan a Deloitte de validar sus provisiones sin información
Bankia tenía 3.624 millones de euros en créditos con grandes clientes tales como Realia, Sacyr, Grupo PRA, Colonial, Martinsa Fadesa, Grupo Sando o Astroc (actual Quabit Inmobiliaria) sin la documentación necesaria para su concesión y el exigible seguimiento del riesgo, según denuncian los inspectores en el informe pericial remitido a la Audiencia Nacional sobre la creación y salida a bolsa del banco.
Muchas de esas posiciones eran refinanciaciones, carentes de tasaciones actualizadas o estados financieros, donde, incluso, se desconocía el grado de desarrollo de los proyectos que se financiaban (suelos, promociones, etc).
La entidad excusa, precisamente, la deficiente base documental y carencia de información histórica sobre procesos recuperatorios para estimar algunos saneamientos en carteras realizados en 2011, en parte por la complejidad de integrar sistemas tras la fusión de las siete cajas. BFA no dispuso de un inventario integrado de los riesgos a cierre de 2010, de forma que un año después saneó 616 millones por 2.184 millones financiados en Caja Madrid y 1.131 millones en el resto de entidades.
En el informe firmado por Deloitte, el auditor detalla que revisó el 65% de la exposición ajustada por el banco. Un total de 137 operaciones, donde en 58 de ellas no tenía los estados financieros necesarios y en 91 tampoco contaba con el valor de las garantías (solo este último déficit, afecta a una financiación total de 2.684 millones). Aún así, Deloitte concluye "favorablemente sobre la racionalidad de la provisión", tras precisar que no ha dispuesto de los estados financieros o información sobre garantías para evaluarlos.
Cómo pudo avalar Deloitte sin datos
Los peritos reprochan tanto la actuación del auditor como de los gestores de la entidad. "En estas condiciones de falta de información no se entiende cómo Deloitte pudo comprobar qué acreditados merecían la calificación de dudosos o la de subestándar, ni su porcentaje de provisión", denuncian y reflexionan que, con tal carencia documental, es imposible tanto saber si ya estaban bien saneados en 2010 como determinar que el ajuste posterior, que el auditor avala, era necesario o prescincible.
La crítica al equipo gestor no es menor: "Se pone de relieve -detalla el informe pericial- la pésima calidad del riesgo de crédito de BFA o incluso su carencia. Esta falta de seguimiento explica en parte el deterioro de la inversión crediticia y garantías asociadas, en perjuicio de accionistas y acreedores". A juicio de los peritos, "la responsabilidad alcanza a los directivos y órganos de gobierno de BFA, pero también a Bankia, encargado del seguimiento del riesgo de acuerdo con el contrato de prestación de servicios suscrito".
Tasaciones desfasadas en créditos refinanciados
Un ejemplo de estas deficiencias aparece en un riesgo por valor de 983 millones originado en la financiación a Martinsa de la opa sobre Fadesa en 2007. Aun cuando la empresa entró en concurso en 2008, y la entidad refinanció la operación, carecía de tasaciones actualizadas desde 2004. En 2010, el banco apenas había provisionado en un 40% la exposición, pese a que la deuda solo disponía de garantías por el 28% de su valor.
En Reyal Urbis, Caja Madrid prestó 10 millones al vehículo inversor de Rafael Santamaría Globales Inveryal cuando el empresario se vio obligado a comprar una participación en la compañía, y el expediente ni siquiera indica el valor de la garantía.
Una de las operaciones apuntadas en Realia, participada por el banco, apunta que en 2010 refinanció una exposición original de 380 millones a Realia Business. Según el informe pericial, no solo estaba infraprovisionada sino que se reestructuró la deuda sin tasaciones actualizadas, siendo las últimas de 2008, fecha de la concesión. En otra refinanciación a Vallehermoso (hoy Sacyr) de un riesgo de 352 millones, el déficit de datos se multiplica: "Sin información sobre los riesgos -señala el informe-, proyectos financiados y garantías, se desconoce si lo que se financia son suelos o promociones en distinto grados de avance y comercialización". En Grupo Sando, con el que hay distintas operaciones bajo la lupa, detalla que en una Caja Madrid elevó el crédito en 43 millones, sin que conste explicación de esa decisión, estados contables ni información sobre el mismo riesgo. Esta misma entidad entrega 104 millones a Astroc (hoy Quabit Innmobiliaria) en 2009, sin que en su expediente se mantengan los estados financieros, ni detalle del riesgo ni garantías. Más tarde la deuda resultada refinanciada y se solicitan nuevos avales, y pese a ello, en 2011 vuelven a faltar los estados financieros.
"No es creíble la falta de información"
El informe pericial no se limita a poner la lupa sobre una ausencia de datos, que va en contra de la gestión prudente de riesgos exigibles, sino que cuestiona la veracidad de que falten datos históricos por el retraso en la integración de los sistemas informáticos de las cajas. En Caja Madrid, rebaten esta justificación, en la medida que era su base de datos la que integró la del resto de cajas. "No es creíble la indicación de que no hubiera información histórica para el resto, que sin duda estaba disponible en las cajas fundadoras, entidades auditadas y supervisadas regularmente", agregan los peritos.