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Expertos destacan la importancia de una hidratación adecuada en las actividades psicomotoras y en la memoria inmediata
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda que entre el 20 y el 25 por ciento del líquido que tomamos a diario provenga de los alimentos, y un 75 u 80 por ciento de las bebidas no alcohólicas.
"Las etapas de la vida en las que más hay que cuidar la hidratación son la infancia, la niñez, la vejez, el embarazo y durante la lactancia", apunta Gil. Teniendo en cuenta que con la edad disminuye la sensación de sed, es a estas edades cuando los expertos recomiendan beber más a menudo y en cantidades pequeñas para evitar la deshidratación. "Una hidratación adecuada afecta positivamente a diversas actividades intelectuales, sobre todo a la atención, a las actividades psicomotoras y a la memoria inmediata", recalca este experto.
Por otro lado, el profesor titular del Departamento de Pediatría en la Universidad de Granada, José Maldonado, explica que "para cubrir las necesidades de agua se debe incluir en la dieta del niño alimentos ricos en agua, bebidas con o sin aporte de calorías y agua, siendo aconsejable tomar líquido de forma regular, sobre todo si se está jugando al aire libre, así como mantener las bebidas a temperatura moderada".
Entre los síntomas de deshidratación grave se incluyen falta de lágrimas, disminución en la producción de orina, boca y lengua secas, ojos hundidos, piel grisácea y fontanela hundida en los bebés.
Para evitar esta situación, "es importante que los niños beban de forma regular, incluso antes de tener sed. Determinadas situaciones como fiebre, hiperglucemia, diarrea o vómitos, entre otros, incrementan la pérdida de agua del organismo por lo que es recomendable la ingesta de soluciones de rehidratación oral para reponer el agua y las sales".