Empresas y finanzas

Sabadell y Popular logran el visto bueno del juez para tomar Pescanova



    Pescanova ha conseguido esquivar la liquidación. El magistrado Roberto de la Cuz, titular del juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, accedió ayer a que las entidades financieras que integran el denominado G-7 -Sabadell, Popu- lar, Caixbank, NGC Banco, BBVA, Bankia y UBI Banca- sustituyan a Damm y Luxempart al frente de la propuesta de convenio de acreedores, reconociendo una deuda total de 1.000 millones de euros. La quita se rebaja así del 72 al 60 por ciento, tal y como las entidades habían pedido desde un principio.

    Sabadell, que suma 226,7 millones de deuda, se convertirá así en el primer accionista de la compañía tras capitalizar pasivo, seguido de Popular, que tiene créditos pendientes por 182 millones. A continuación se sitúan Caixabank, con 178 millones de euros; NGC con 147 millones, Bankia, con 106,8 millones, BBVA con 105 millones y, por último, UBI Banca con 86 millones de euros.

    La compañía comunicó ayer a la CNMV que los representantes de Damm y Luxempart en su consejo de administración -José Carceller y François Tesch- han presentado su "renuncia irrevocable". A ellos les seguirá en breve, casi con toda seguridad, el actual presidente del grupo, Juan Manuel Urgoiti, que había encabezado y aprobado la oferta de la cervecera catalana. Desde esta última compañía se insistía ayer en que "Damm y Luxempart han dado muestras de responsabilidad con el futuro de Pescanova, optando por ceder su posición a los bancos para que se apruebe el convenio y evitar la liquidación".

    Presiones del Gobierno

    Tras las presiones recibidas desde el Gobierno, la banca acreedora renunció ya la semana pasada a su plan inicial de liquidar la compañía para tratar después de reflotarla, presentando así una propuesta de convenio renovada ante el juez. Según las fuentes financieras consultadas por este periódico, la deuda se reestructurará en tres tramos distintos: uno de 450 millones de euros, que integra los créditos senior y supersenior; otro de 250 millones, que incluye la deuda junior, y un tercero de 300 millones de deuda suboordinada. Los vencimientos serán de 10 años en el primer caso, de 15 años en el segundo y de 20 en el tercero. El importe del crédito supersenior queda fijado en 125 millones de euros y, según el acuerdo, como parte de la contraprestación del mismo, Nueva Pescanova, una sociedad de nueva creación, que integrará los activos españoles, "reconocerá a cada uno de los acreedores que participen en el mismo un crédito adicional por importe de 2,4 euros por cada euro comprometido", hasta completar los 300 millones de euros adicionales. Esta parte de la deuda se amortizará íntegramente al vencimiento, que será a 20 años, con un interés fijo anual del 1 por ciento "si hay tesorería disponible".

    En caso contrario, dicho interés se devengará igualmente, si bien, en lugar de ser pagado, será capitalizado y satisfecho al vencimiento final. Todos los acreedores que sean además titulares de deuda bajo los tramos senior y junior de la deuda de Pescanova resultante del convenio y de los convenios de las filiales españoles (la deuda reestructurada) tendrán derecho a participar en el supersenior en proporción a su participación en la deuda reestructurada. En todo caso, el credito supersenior queda asegurado por la banca en aquella parte que pudiera ser no suscrita.

    La banca tiene ahora hasta mañana miércoles para conseguir el apoyo del 51 por ciento necesario del pasivo financiero con el que sacar adelante el convenio de acreedores. En la empresa no esperan que haya ningún problema, porque el denominado G-6 suma un 35 por ciento y hay otro 20 por ciento que había dado ya el visto bueno.

    La banca quiere dar entrada a un socio industrial con una participación minoritaria-hay ya varios candidatos sobre la mesa- y buscar un nuevo equipo gestor, empezando por un consejero delegado.