Empresas y finanzas

Iberia y su filial pierden dos años por un laudo sin sentido



    Aunque para nadie es una sorpresa que los tiempos de la Justicia nunca coinciden con la realidad, da rabia leer el comunicado oficial que ayer hizo público el Tribunal Supremo en el que considera nulos los dos laudos arbitrales que se dictaron en el conflicto entre la dirección de Iberia y el Sepla el 24 de mayo de 2012 y el 21 de diciembre de 2012.

    Se siente impotencia porque la compañía ya ha llegado a un acuerdo con el colectivo antes de que la Justicia se pronuncie, pero mucho más porque la aerolínea española ha perdido dos preciosos años de tiempo, ya que el arbitraje de Jaime Montalvo se excedió en su cometido inicial.

    En su laudo, Montalvo diseñó un método por el que los pilotos y segundos de Iberia Express tendrían que compartir el sistema de escalafón único con los de Iberia, una decisión inaudita que no abarataba los costes de personal, uno de los objetivos del lanzamiento de la aerolínea de vuelos baratos, creada para poder volver a la rentabilidad.

    Como consecuencia de ello, la compañía decidió congelar el crecimiento de Express hasta que se acabara la vigencia del laudo (31 de diciembre de 2014), una decisión que tenía un terrible efecto en cadena: al no poder llenar los aviones de largo radio con pasajeros de conexión, y teniendo en cuenta los efectos de la crisis en el negocio aéreo Iberia tenía que recortar drásticamente su capacidad hasta nueva orden.

    Dos años después, y tras alcanzar los acuerdos con los tres colectivos de empleados de la compañía, Iberia ya ha anunciado que vuelve a recuperar un tercio de la capacidad perdida y no es de extrañar que en breve vuelva a dar buenas noticias con más aperturas de rutas que se cerraron por la crisis y culpa del laudo.

    Pero la Justicia va a su ritmo y ayer el comunicado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo reconocía que ambos laudos contenían disposiciones "que exceden del objeto del arbitraje y que limitan derechos de terceros". Uno de los grandes errores de este arbitraje, que fue apoyado por el Gobierno, se basa en que Montalvo incluyó a terceros ajenos al conflicto de Iberia, como era su filial Iberia Express.

    "El arbitraje de equidad podía imponer a Iberia obligaciones con respecto a sus relaciones comerciales con Iberia Express (cesión de vuelos y de aviones) pero no podía limitar la actividad de ésta última ni obligarla a contratar a ciertos pilotos ni a que el régimen laboral de los pilotos de ambas fuese común, ni a que existiera un escalafón común de pilotos con trasvases de una a otra empresa", asegura el comunicado. Justo lo contrario que decía el laudo emitido por Jaime Montalvo.

    De todas maneras, en las próximas semanas se harán públicas las sentencias integras, lo que dará más detalles del error que supusieron los laudos, unos arbitrajes que le han hecho perder a Iberia dos años.