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Los complementos dietéticos deberían limitarse en pacientes de alto riesgo cardiovascular



    Actualmente hay algunos complementos dietéticos como los ácidos grasos omega 3, la vitamina D o la fibra que son beneficiosos para reducir el riesgo cardiovascular y la hipertensión arterial pero en algunos casos, como en los pacientes de alto riesgo, debería limitarse su uso.

    MADRID, 31 (EUROPA PRESS)

    Así lo ha reconocido el profesor de Nutrición en la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid Carlos Iglesias, durante la 19 Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) celebrado en Madrid, citando aquellos casos en que ya se ha presentado una alteración del perfil lipídico, de la presión arterial o en los que se considere que existe un riesgo cardiovascular aumentado aunque todavía no esté presente enfermedad.

    Este experto ha puesto el ejemplo de los suplementos nutricionales con ácidos grasos omega 3 de origen marino como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ya que disminuyen el riesgo cardiovascular y reducen los niveles de colesterol LDL y se aumentan los niveles del HDL.

    Aunque su utilidad es "indiscutible" en pacientes en los que han detectado alteraciones del perfil lipídico, deben ser usados con precaución porque, a pesar de ser de origen marino, han sufrido grandes modificaciones en su estructura original y podrían tener consecuencias no deseadas que no han sido estudiadas.

    Asimismo consideran que en sujetos sanos se debe defender la implantación de una dieta saludable rica en omega 3 de origen marino, es decir, pescados, así como de omega 9 y fibras vegetales, que modulen la absorción de las grasas, baja en harinas refinadas y azúcares que alteren el metabolismo de los carbohidratos.

    "Todo ello debe acompañarse de una vida físicamente activa y ejercicio programado habitual", ha señalado el doctor Iglesias.

    Asimismo, los expertos asistentes a este congreso han destacado que el papel de la dieta es fundamental, debido a que sigue siendo la piedra angular donde se sustenta la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

    A modo de ejemplo, el profesor José Ramón Banegas, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha explicado que "la fibra y las verduras reducen el riesgo de cáncer, enfermedad cardiovascular y diabetes. Además, el pescado reduce el riesgo de muerte cardiovascular".

    Y por otro lado, también recomendable evitar las conservas, precocinados y carnes saladas o ahumadas como la panceta y los embutidos, así como reducir el consumo de sal, aconsejando en su lugar consumir una cantidad de 2 gramos de sal diarios, que equivale a la cantidad de sodio que cabe en una cucharilla de té.