Empresas y finanzas

Los Rockefeller quieren llevar la 'revolución verde' a Exxon Mobil

    Imagen del patriarca John Davison Rockefeller en 1885. <i>Foto: Wikipedia</i>


    Gráfico EXXON-MOBIL

    Una de las familias más emblemáticas de Estados Unidos acaba de lanzar una verdadera bomba en su propio feudo y pretende poner contra la pared a la directiva de la petrolera Exxon Mobil. Aunque los Rockefeller han acumulado buena parte de su fortuna gracias al oro negro, los tiempos cambian y alguno de sus miembros cree que es hora de pensar en verde.

    De un tiempo a esta parte varios inversores de la compañía llevan fraguando una rebelión que culminará con la votación en la junta de accionistas que se celebrará hoy. En dicho encuentro se presentarán tres resoluciones en las que se exige a la petrolera que comience a mostrar más interés por el medio ambiente.

    La primera de las iniciativas se refiere al estudio de las consecuencias del calentamiento global en los países pobres, la segunda aboga por que Exxon reduzca sus emisiones y la última pretende que la compañía incremente la investigación tecnológica en energías renovables provenientes de fuentes como el sol, el viento y el agua.

    Hasta el momento, esta situación quedaba reducida a un grupo inofensivo de personas cuyos títulos en la empresa apenas suponían una parte representativa del imperio. Sin embargo, muchos se han quedado boquiabiertos cuando la familia Rockefeller ha decidido abandonar el respaldo del gigante petrolero, descendiente de Standard Oil Trust, empresa creada por John D. Rockefeller, para apoyar las protestas ecológicas del accionariado de Exxon Mobil.

    Aún así, parece que este trío de propuestas no llegará a buen puerto aunque existe una cuarta resolución que podría dinamitar el Consejo de Administración de la compañía. Esta iniciativa, en la que casi todos los miembros de la familia Rockefeller parecen estar de acuerdo pretende arrebatar el puesto de presidente del Consejo a Rex W. Tillerson, según informaba el New York Times, algo que forzaría a Exxon a separar dicho cargo del de consejero delegado. El año pasado esta iniciativa obtuvo el apoyo del 40% del accionariado, con lo que parece claro que en esta ocasión sí tiene posibilidades de prosperar.

    A pesar de que los Rockefeller aseguran que esta vendetta no pretende ridiculizar la imagen de Tillerson, el capitán de Exxon, es cierto que si la propuesta sale adelante eliminaría del Consejo a una de las personas más reacias a la investigación en medio ambiente.