Empresas y finanzas

Los programas de educación sobre vacunas no funcionan como se esperaba



    Por Andrew M. Seaman

    NUEVA YORK (Reuters Health) - Las campañas de educación parainformar a la sociedadsobre los beneficios de las vacunas mejoran poco lapredisposición de los padres a vacunar a sus futuros hijos.

    Es más, algunas campañas sumarían más reservas a los padresmenos propensos a optar por inmunizar a sus futuros hijos, segúnrevela un nuevo estudio.

    Su autor principal dijo que la investigación es unaampliación de su trabajo en ciencia política con el que habíademostrado la dificultad de corregir los errores de informaciónen la sociedad.

    "Habíamos hallado que suele ser muy difícil modificar lainformación política equivocada y que ofrecerle a lapoblación la información correcta puede tener efectos nodeseados", dijo Brendan Nyhan, investigador de DartmouthCollege, Hanover, New Hampshire.

    "Queríamos saber si los mensajes de las agencias de saludpública son efectivos", agregó.

    El equipo de Nyhan analizó las campañas de salud públicasobre la vacuna triple viral contra el sarampión, las paperas yla rubeola (MMR, por su nombre en inglés).

    Aunque su uso es alto en Estados Unidos, el equipo publicaen Pediatrics que en algunos estados no supera el 90 por ciento,un valor umbral para obtener el efecto rebaño.

    También destaca la importancia de mantener altos niveles devacunación debido al aumento de los casos de sarampiónnotificados en Estados Unidos y los brotes recientes en ReinoUnido. El sarampión es una enfermedad respiratoria altamentecontagiosa que puede ser fatal.

    Otro estudio de un equipo de los CDC publicado en la mismarevista revela que vacunar a los niños estadounidenses quenacieron en el 2009 como lo indica el calendario nacional deinmunización ahorrará 70.000 millones de dólares yevitará 40.000 muertes tempranas y más de 20 millones deinfecciones.

    El equipo de Nyhan utilizó los resultados de encuestasnacionales realizadas en junio y julio del 2011 a una muestra de1.759 padres de 18 años o más. En una encuesta, los padresrespondieron sobre la salud de sus hijos y sus opinionessobre la vacunación.

    Unos 12 días después y al azar, recibieron uno de cincomensajes y participaron de la segunda encuesta.

    El primer mensaje o campaña incluía información de los CDCpara corregir el falso concepto de que la vacuna MMR provocaautismo.

    Otras dos campañas también incluían materiales de los CDCsobre el riesgo de las enfermedades que se puedenprevenir o la historia de una mujer que tuvo que internar a suhijo con sarampión.

    La cuarta campaña mostraba fotografías de niños que habíantenido las tres enfermedades y un quinto grupo de padres leyóinformación sobre el costo y los beneficios de alimentar pájarospara actuar como comparación (grupo control).

    La segunda encuesta no reveló un aumento significativo de laintención de los padres de vacunar a sus futuros hijos, aunqueen los que habían recibido la información de los CDC sobre lafalsa relación entre la vacuna MMR y el autismo disminuyó esapercepción.

    Pero en un tercio de los padres menos propensos a vacunar aun futuro hijo, esos mismos materiales redujeron aún más laposibilidad de que optaran por la inmunización.

    Los autores atribuyeron ese refuerzo de las convicciones ala existencia de otros argumentos de respaldo de esas creencias.

    "No podemos mirar dentro de sus cabezas", dijo Nyhan, queaclaró sobre lo que es sólo una interpretación teórica quecoincide con resultados de estudios previos.

    Los autores observaron también que las campañas sobre lospeligros de las enfermedades evitables sólo aumentaban loserrores de información entre los padres.

    "Necesitamos evaluar los mensajes de salud pública de todotipo para saber si son efectivos, en especial en algunassubpoblaciones resistentes a algunos mensajes de salud pública",agregó Nyhan.

    FUENTE: Pediatrics, online 3 de marzo del 2014.