Empresas y finanzas

La prensa y los buscadores, en 'guerra' por la publicidad



    Los editores quieren arañar una parte de los 57.200 millones que Google, Yahoo y Microsoft ingresan al año por los anuncios 'online'. Europa ya ha legislado para que las firmas paguen por usar contenidos.

    Google, Yahoo y Microsoft (Bing y servicios online) ingresaron 57.215 millones de dólares en 2013, unos 41.744 millones de euros al cambio actual, en publicidad online, un pastel que los editores europeos luchan por catar. Los magnates de la prensa, que han visto como sus ventas e ingresos publicitarios se han hundido en los últimos años por la crisis, el boom de Internet y la proliferación de competencia "desleal", han abierto una guerra contra los buscadores para que paguen por usar, linkar y agregar los contenidos editoriales que elaboran cada día. Una demanda que en países como Bélgica, Francia, Alemania e Italia han recibido el respaldo del Parlamento, pero que en países como EEUU han sido rechazadas por los jueces.

    Los editores alegan que estas herramientas de búsqueda se benefician de su trabajo, al que acceden y explotan gratuitamente, por lo que deberían compensarles. Por su parte, Google defiende que, a nivel mundial, envía a los editores más de 10.000 millones de clics al mes, lo que les beneficia a la hora de generar tráfico y revaloriza sus espacios publicitarios. Desde la Asociación de Editores Españoles (AEDE) no niegan que Google les lleve visitas, pero insisten en que la mayor parte de los ingresos por publicidad de esas visitas se los lleva el buscador.

    Según la consultora E-marketer, la publicidad en Internet moverá más de 143.000 millones de dólares en los próximos años, un mercado en el que Google -con unos ingresos publicitarios de unos 50.000 millones de dólares, un 14 por ciento más que en 2012-, Yahoo, Amazon o Facebook, son los reyes y al que cada vez se quieren sumar más buscadores como Mozilla, de Firefox.

    Los editores compiten contra Google y las grandes tecnológicas americanas en el universo de la publicidad por Internet con pocas posibilidades de ganar, ya que, entre otras cosas, éstas han desarrollado una estrategia comercial que monitoriza los movimientos de los usuarios y colocan una publicidad más personalizada, una maniobra que los editores no pueden usar porque afecta a la privacidad. "Buscamos un marco jurídico que reconozca el valor de nuestros contenidos frente a los abusos cometidos, y que nos permita desarrollar nuestra función con garantías", sentenció Luis Enríquez, consejero delegado de Vocento y actual presidente de AEDE después de que el Gobierno diera el primer paso para obligar a los agregadores, como Menéame, Google News o Yahoo Noticias a pagar.

    El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha sido el último de un país de la Unión Europea en legislar a favor de los editores y crear la tasa Google. Aunque la medida incluye a más buscadores, la ley ha recibido este apelativo, porque afecta directamente a Google por su posición de dominio: el 90 por ciento de las búsquedas que se realizan en el Viejo Continente se hacen con su programa.

    En España se ha optado por cobrar sólo a los agregadores, pero en el resto de los países pioneros se han aprobado distintas fórmulas que obligan a Google a compensar a los editores, aunque se cambie el concepto por el que lo hace, ya que se niega a pagar por las noticias o libros, puesto que se pondría en jaque todo su modelo de negocio, cada vez más cerca de los contenidos que de la búsqueda (utiliza los algoritmos a su favor para que sus productos primen sobre los demás).

    Comprar licencias

    En Alemania, desde el año 2013, los buscadores deben comprar licencias a las editoras para poder agregar sus contenidos completos. Se permite, de forma gratuita, reproducir breves resúmenes de las mismas informaciones. Pese a que la ley fue acogida con mucho entusiasmo por los editores germanos, ésta no ha tenido el efecto deseado. Google plantó cara al sector editorial y se negó a pagar. El gigante de internet amenazó con dejar de indexar los contenidos y, así, obligó a los magnates de la prensa a firmar un acuerdo por el cual daban permiso al buscador para que siguiera enlazando noticias gratis.

    Fondo de 60 millones

    En Francia, Google llegó a un acuerdo con el Eliseo para crear un fondo de 60 millones de euros a tres años destinado a impulsar la conversión digital de la prensa. Bajo ese concepto, los editores cobran una cantidad para financiar la transición de la prensa escrita a la online. En el marco del acuerdo firmado entre Francia y la tecnológica, el presidente de Google aseguró que su compañía reforzará su asociación estratégica con los medios franceses "para ayudarles a aumentar sus beneficios digitales" por medio de su tecnología publicitaria.

    La creación de este fondo es la vía que encontró Google para compensar a los editores evitando reconocer que paga por contenidos. A su vez, el acuerdo evita la aplicación de un impuesto sobre los ingresos que obtenían los buscadores en Francia por medio de la publicidad, como se llegó a plantear.

    Insertar anuncios

    En Bélgica, la guerra contra Google empezó en 2006. La justicia belga dio la razón a los titulares de los contenidos y ordenó a la tecnológica a que dejara de usarlos de forma gratuita. Los editores esperaban una tercera sentencia en la que se estableciera una compensación económica pero Google decidió pagar para finalizar el proceso. Así, las dos partes llegaron a un acuerdo para que Google siguiera enlazando contenidos sin pagarlos directamente. La compañía tiene que insertar publicidad en los medios y ofrecer sus herramientas publicitarias.

    Pagar impuestos

    En Italia, la principal preocupación del Gobierno era que las multinacionales como Google y Yahoo pagaran los impuestos por las ventas en Italia en el propio país. Esta era una propuesta de Enrico Letta por lo que ahora está en el aire.

    Los jueces, en contra

    En EEUU, el sindicato de autores (Authors Guild) y la Asociación Americana de Editores presentaron sendas demandas contra Google por usar sus contenidos a través de Google Book y agregadores. La compañía intentó un acuerdo de 125 millones de dólares pero finalmente un juez desestimó la demanda el 14 de noviembre de 2013. Victoria para Google, que también se ha enfrentado con Murdoch.