Empresas y finanzas

Victoria alemana: la CE no obligará a la banca a separar el negocio de inversión del comercial

  • Prohíbe la negociación por cuenta propia por considerar que genera riesgos
El presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso. <i>Foto: Archivo</i>


La Comisión Europea ha presentado hoy las nuevas reglas para acotar la actividad de los bancos considerados "demasiado grandes para caer". La principal novedad es que prohíben la negociación por cuenta propia (proprietary trading) por considerar que genera riesgos excesivos, aunque finalmente han reculado en su intención de obligar a separar su negocio de inversión en una entidad legal diferente de las actividades minoristas.

De esta forma, Bruselas sigue la recomendación que sus propios expertos recogieron en un informe elaborado por el gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen. Pero, además, cede también a las peticiones de Alemania y Francia, que se oponían a nuevas restricciones a sus grandes bancos.

La separación de actividades se justificaba para garantizar que los depósitos y la garantía explícita e implícita que lleven asociada no sigan respaldando actividades comerciales arriesgadas.

Ahora, la propuesta de la Comisión se limita a atribuir a las autoridades de supervisión -en el caso de la Eurozona, el Banco Central Europeo desde noviembre de este año- el poder de imponer a estos grandes bancos el establecimiento de una separación entre sus actividades de depósitos y ciertas actividades de negociación potencialmente arriesgadas, tras un análisis, si considera que éstas comprometen la estabilidad financiera.

Con excepciones

No obstante, se contemplan toda una serie de excepciones que permitirán a las entidades esquivar la separación de sus actividades, por ejemplo si pueden demostrar a su supervisor que los riesgos pueden atenuarse con otras medidas.

El Ejecutivo comunitario ha presentad medidas para aumentar la transparencia de determinadas transacciones en el sector bancario paralelo.

Las nuevas reglas, que todavía deben ser aprobadas por los Gobiernos y la Eurocámara, entrarían en vigor el 1 de enero de 2017, en lo que se refiere a la prohibición de la negociación por cuenta propia, y el 1 de julio de 2018 para la separación de otras actividades de inversión.

"Estas propuestas son las últimas piezas de la reforma de la regulación del sistema bancario europeo", ha dicho el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier. "Han sido calibradas cuidadosamente para asegurar el delicado equilibrio entre el mantenimiento de la estabilidad financiera y la creación de condiciones propicias para prestar a la economía real", ha señalado.

Los críticos de Bruselas consideran que las propuestas sobre separación son insuficientes para abordar los riesgos planteados por los bancos "demasiado grandes para caer".

Trading con riesgo

En cuanto a la prohibición de la negociación por cuenta propia, se trata de una actividad que se ha reducido a mínimos desde el principio de la crisis según reconoce la propia Comisión, y ahora está entre el 2% y el 4% del negocio de estos bancos. En este caso, Bruselas justifica el veto por el riesgo de que regrese con la recuperación.

La Comisión Europea lanzó en enero de 2012 una revisión de sus políticas sobre la estructura de los bancos para proteger los activos de los ahorradores contra las pérdidas. Ya entonces, pocos esperaban que el informe recomendase dividir las unidades minorista y de banca de inversión de los bancos.

Los bancos cubiertos por la legislación son aquellos cuyos activos totales superan los 30.000 millones de euros y que además tienen actividades de inversión que o bien superan 70.000 millones de euros o el 10% de los activos totales del banco.

En la UE, Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido ya han emprendido reformas que afectan a la estructura de la banca y Holanda y Dinamarca lo están considerando. Bruselas pretende con sus propuestas armonizar estas iniciativas. También Estados Unidos ha legislado sobre esta cuestión con la denominada 'regla Volcker'.

Las reglas que propone Bruselas son "compatibles" con la reforma llevada a cabo por Londres, que incluso es "más dura". Pero van "más lejos" de lo que han aprobado Alemania, Francia y Bélgica, por lo que afectarán a la legislación de estos países, según fuentes comunitarias.