Empresas y finanzas

Argentina flexibiliza el control del cambio mientras caen bonos y acciones



    BUENOS AIRES (Reuters) - El Gobierno argentino puso en marcha el lunes una flexibilización de su estricto control de cambios al permitir que los ahorradores compren una cantidad limitada de dólares, mientras los inversores se desprendían de bonos y acciones por dudas sobre el futuro de la economía del país.

    A pesar de las expectativas, los argentinos tendrán acceso a la divisa en cuentagotas. Sólo podrán adquirir hasta 2.000 dólares al mes (más de 1.460 euros al mes) después de pasar por el filtro del ente recaudador, la AFIP, que tomará en cuenta el nivel de ingresos declarados y cumplimiento con el pago de impuestos antes de autorizar la operación.

    Además, el Gobierno dijo que publicará diariamente el nombre de las personas que compren dólares, lo que fue interpretado por analistas como una forma de escarnio público.

    "Parece que algunos quieren hacernos comer otra vez sopa, pero además con tenedor. ¿Quiénes? Los mismos de siempre", afirmó la presidenta Cristina Fernández en su cuenta de Twitter, en su primera mención a la devaluación del peso.

    "Los bancos: Sólo a través de ellos se pueden hacer todas las maniobras especulativas en los mercados", escribió sin dar más detalles sobre su acusación. Fernández se encuentra en La Habana para una cumbre presidencial.

    El peso oficial cotizó el lunes casi sin cambios cerca de 8 unidades por dólar, pero la moneda se desplomó un 3,7 por ciento en el mercado informal por compras de ahorradores desilusionados ante la limitada relajación del control de cambios.

    Mientras, los bonos argentinos en dólares perdían una media del 2 por ciento en el mercado extrabursátil doméstico y el índice líder de la bolsa de Buenos Aires, el Merval, caía antes del cierre un 1,93 por ciento tras llegar a bajar un 4,27 por ciento.

    "El azul (por como se denomina al peso paralelo) volvió a recuperarse porque estas medidas no son la solución de nada", dijo un operador de cambios bajo condición de anonimato. "La gente sigue limitada para comprar los dólares que quiere y tampoco le interesa decir (a la AFIP) cuánto y en qué ahorra".

    La agencia calificadora Moody's calculó en un informe que el peso oficial podría caer hacia finales año a 12 unidades por dólar, lo que implicaría una depreciación del 45,66 por ciento en 2014.

    Esto añadiría presión sobre la inflación en una economía donde los precios están atados al dólar y mientras se aproxima el inicio de las conflictivas negociaciones salariales anuales.

    La economía sigue dando señales de agotamiento, asfixiada por la alta inflación y la falta de inversiones producto de la desconfianza en las políticas intervencionistas de Fernández.

    Recientes datos oficiales mostraron que el año pasado la producción industrial bajó un 0,2 por ciento y el superávit comercial retrocedió un 27 por ciento.

    SOLO UN RESPIRO

    Sorprendiendo a los argentinos y a los inversores, el Gobierno anunció el viernes que los ahorradores iban a poder adquirir divisas bajo ciertos parámetros, en medio de una fuerte presión por la peor caída del peso argentino en 12 años, que fue provocada por la incertidumbre sobre la economía y ocurrió a pesar del férreo control cambiario del Banco Central.

    Los ahorradores argentinos se han refugiado durante décadas en el dólar para protegerse de la volatilidad de la economía.

    "Es un respiro pero no es una liberación (del sistema cambiario), prácticamente es una pequeña salida", dijo el expresidente del Banco Central, Rodolfo Rossi. "El problema sigue siendo la carencia de dólares y las malas perspectivas para la economía".

    La flexibilización se produjo en un contexto de importante caída en las reservas de divisas del Banco Central argentino, que el viernes terminaron cerca de los 29.000 millones de dólares, el nivel más bajo desde finsles de 2006.

    Desde principios de 2013 las reservas cayeron más del 30 por ciento, en parte porque son utilizadas por el Gobierno para honrar sus vencimientos de deuda en dólares.

    El Gobierno se comprometió a evitar que la devaluación del peso acelerare la ya elevada inflación, que analistas privados esperan supere el 30 por ciento este año tras alcanzar un 25 por ciento en 2013.

    Sin embargo, muchos propietarios de comercios en todo el país se apresuraron el fin de semana a cambiar las etiquetas con los precios de productos importados, desde puros cubanos a televisores de origen asiático, trasladando al consumidor la caída de más del 20 por ciento en la cotización oficial que acumula el peso desde que empezó el año.

    "No hay razones para que una cotización del tipo de cambio pueda tener una desvirtuación del precio final", dijo a periodistas el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, tras anunciar el detalle de la flexibilización del mercado cambiario.

    Y el responsable amenazó con controles: "Es absolutamente imprescindible que el Estado establezca un mecanismo de regulación adecuado para que se beneficie el consumidor".

    El nivel de las reservas internacionales argentinas sugería que la entidad no podría seguir interviniendo en el mercado de cambios con la libertad con la que lo hizo regularmente durante años.

    Fueron las restricciones a la compra de dólares que finalizaron este lunes las que llevaron a los ahorradores del país a acudir al mercado informal para refugiarse de la tasa de inflación, una de las más altas del mundo.

    El Gobierno, cuyos indicadores de inflación están fuertemente desacreditados y se encuentran muy por debajo de las cifras de analistas, apuesta por que la relajación de los controles acortará la diferencia entre el valor del peso oficial y el del mercado informal.

    "El Gobierno entiende que la cotización que alcanzó el dólar (de cerca de 8 pesos) es una cotización de convergencia, razonable para la economía de Argentina", dijo el ministro de Economía, Alex Kicillof, en una entrevista publicada el domingo por el matutino oficialista Página 12.