Empresas y finanzas

A Pocoyó se le acaba el tiempo: Zinkia decide hoy la solución a los bonos al 11%

  • Sus acciones caen más del 80% desde su debut bursátil
Pocoyó, personaje de Zinkia. Foto: <i>archivo</i>.


Hoy es el día cero para Zinkia. Su gran baza, que los bonistas voten sí a la propuesta de dar una patada hacia delante al problema de su deuda, se juega hoy. En la que será la segunda convocatoria después de la falta de quórum que consiguió en la primera, el pasado 8 de noviembre.

Aquel día, los allí presentes, un 48,5 por ciento de los obligacionistas, ya adelantaron parte de lo que podría ocurrir hoy. A mano alzada y sin vinculación alguna, los bonistas que asistieron entonces dieron su visto bueno a la proposición de alargar la vida de la emisión hasta 2015 a cambio de que el interés del bono pase del 9,75 al 11 por ciento -con la opción de amortización anticipada en el primer año, 2014-.

La decisión válida se tomará hoy. Y a diferencia de la anterior cita, en ésta no será necesario quórum mínimo de asistencia. Sólo una mayoría absoluta entre los asistentes. De llegar a un consenso, la productora de Pocoyó pondría fin a uno de sus problemas y evitaría recurrir a otras vías para reestructurar su deuda. Como la conversión de obligaciones en acciones, que pierden más de un 80 por ciento en bolsa desde su estreno en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en 2009. Lo que supondría la dilución de la participación de los actuales accionistas.

El principal es José María Castillejo, su presidente, con un 66,12 por ciento de acciones pignoradas, después de que el jueves pasado se hiciera con otro 1,42 por ciento del capital social de Zinkia. Aunque existen rumores de que Miquel Fernando Valladares, segundo accionista de la compañía con una participación del 11,20 por ciento, podría hacerse con el 45 por ciento del grupo (lo que implicaría un cambio en el accionista de referencia); el mero hecho de que hoy no se aprobara alargar la vida de la emisión a 2015 y Zinkia recurriera a convertir la deuda en acciones para solucionarlo, podría implicar la pérdida a Castillejo de su posición de accionista mayoritario.

Pocoyó, en serios apuros

El problema se desencadenó el 8 de octubre, el día en que Zinkia presentó ante el mercado una segunda ronda de obligaciones por un importe de 7,78 millones de euros, esta vez al 11 por ciento, que tenía por objetivo aliviar sus tensiones de tesorería a corto plazo y lograr la financiación necesaria para afrontar la devolución del principal que captó en 2010, 2,23 millones de euros, que vencieron el pasado 12 de noviembre. Sin embargo, la advertencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre los riesgos asociados a la misma disuadió a los inversores y la falta de demanda llevó a Zinkia a renunciar a la emisión y a solicitar el preconcurso de acreedores.

Ahora, bajo el cartel de "emisión en mora", el precio de los bonos emitidos en 2010 está congelado con un descuento del 37 por ciento en el mercado oficial de renta fija AIAF, desde el pasado día 6 de noviembre, a la espera de lo que los bonistas decidan hoy. Aunque todo apunta a que optarán por aceptar la proposición de Zinkia; hace apenas un mes, Castillejo llegó a asegurar en un encuentro con elEconomista que si su intento de conseguir la liquidez que precisa a través del mercado fallaba, el grupo tenía otras alternativas de financiación encima de la mesa. Pero algunas se desvanecen.

Una de ellas era la llegada de nuevos contratos. "Podríamos firmar contratos internacionales antes de final de año, que podrían ser una alternativa a los bonos", afirmó entonces Castillejo. Algo que se torna cada vez más complicado. Así lo hizo saber Zinkia a la CNMV el pasado 19 de noviembre a través de un hecho relevante en el que afirmaba que "la evolución del negocio y de algunos contratos y proyectos se ha visto impactada por la situación actual de la compañía, siendo difícil prever su fecha de clarificación". Se trata de una situación que ha llevado a la productora de Pocoyó a explicar, también, que "no será posible alcanzar las cifras previstas para el presupuesto del ejercicio en curso".

En plena negociación con los acreedores para procurar la refinanciación de su deuda, las alternativas para que Zinkia solucione sus problemas financieros podrían pasar por una ampliación de capital que daría entrada a nuevos accionistas, algo que Castillejo reconoció considerar como una posibilidad más encima de la mesa, no sin antes advertir que "Zinkia no tiene problemas de capital, tiene más de 10 millones de euros en fondos propios".