Telepizza, Panrico o incluso Campofrío... La alimentación indigesta al capital riesgo
La industria alimentaria se le está indigestando a los fondos de capital riesgo. Prácticamente ninguna de las grandes operaciones que han realizado en los últimos años ha salido rentable y son cada vez más las firmas, de todos los tamaños, las que optan por desinvertir y entrar en otros mercados. Los ejemplos más claros de lo que está pasando son los de Telepizza, Panrico o incluso Campofrío.
Una de las razones fundamentales de este fracaso es que cuando una firma de capital riesgo se hace con el control de una compañía, le traspasa la deuda asumida para la compra, lo que, ante la caída de consumo y las dificultades para generar caja, acaban arrastrando a las empresas a una situación financiera sumamente delicada.
Alto endeudamiento
En parte así, precisamente, por los altos costes financieros derivados de la deuda, Telepizza, tal y como informa hoy elEconomista, ha generado unas pérdidas de 195 millones de euros a Permira desde que este fondo acordó su entrada en el capital en el año 2006.
El objetivo de Permira era permanecer durante un plazo aproximado de cinco a seis años y después vender o sacar a bolsa la empresa, pero las previsiones no se han cumplido y el fuerte endeudamiento que ha tenido que asumir la compañía ha imposibilitado una salida rentable. A Permira, fondo que dirige en España Carlos Mallo, no le queda así más remedio que acelerar la expansión internacional para reducir la dependencia del mercado español e intentar rentabilizar la empresa antes de poder plantearse cualquier opción de salida.
Pero si a Permira le ha salido mal la inversión, mucho peor aún les ha ido a Apax, primero, y a Oaktree, después, con la empresa de bollería industrial Panrico. Al igual que ocurriera con Pemira en Telepizza, Apax desembarcó en el capital de Panrico en 2005, protagonizando una de las mayores operaciones de inversión en la industria alimentaria en ese momento al valorar la compañía en 900 millones de euros.
Fue una operación completamente ruinosa. Panrico no pudo hacer frente a la deuda, de más de 600 millones, y a mediados de 2010 Apax acabó entregando la compañía a la banca acreedora. Todo hasta que en 2012 Oaktree se hizo con el control del grupo, elevando el pasado mes de junio su participación hasta el cien por cien de las acciones. Panrico acumula en los últimos seis años unas pérdidas de más de 700 millones de euros. La empresa cerró el último ejercicio con unos números rojos de 98,8 millones , frente a unas pérdidas el año anterior de 278 millones de euros, y ha estado bordeando la liquidación ante la falta de acuerdo con la plantilla para llevar a cabo un severo plan de ajuste y reestructuración.
La dirección de Panrico logró sellar el pasado 26 de noviembre un pacto con los sindicatos para ejecutar 745 despedidos, un 40 por ciento de la plantilla, pero el acuerdo no se va a traducir por el momento en una paz social en sus factorías porque los representantes sindicales de la planta en Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona), que se encuentra en huelga desde principios de octubre, se han propuesto impugnar el acuerdo, al que renunciaron adherirse, manteniendo los paros. El fabricante de Donuts y Bollycao despedirá asimismo a 300 trabajadores autónomos del total de 1.800 que conforman su red de repartidores por cuenta propia.
La salida de Oaktree de Campofrío
Y aunque la operación no ha sido tan dramática, tampoco le ha salido demasiado rentable su desembarco en Campofrío. La firma nortemericana, que entró tras la fusión de la cárnica española con el negocio europeo de la norteamericana Smithfield Foods en 2008, ha vendido ahora 6,8 euros por acción.
Es una cifra que supone importantes minusvalías, sobre todo teniendo en cuenta que hace apenas dos años el presidente de Campofrío y Smithfield Foods anunciaron que estaban preparando una oferta pública de adquisición de acciones a 9,5 euros. En cualquier caso, la operación de Campofrío no es igual porque Oaktree nunca ha tenido el control, sino que ha sido un accionista más.
Otras firmas, como Atitlán Capital, han apostado también por ir desinvirtiendo poco a poco. De hecho, en lo que va de año Atitlán ha vendido ya Ibersnacks, Dafsa, Bynsa y Naturvega, interproveedores en todos los casos de Mercadona. Ibersnacks es una compañía de aperitivos, Dafsa es de zumos y salsas; Bynsa de alimentos para mascotas y Naturvega es productor de ensaladillas. Atitlán rechazó, de hecho, una oferta para entrar en el capital de Pescanova que le había planteado Deloitte, el administrador concursal.