Empresas y finanzas
Asia emerge como compradora del exceso de producción de vinos españoles
El mercado asiático se está configurando en los últimos años como un destino importante para dar salida al exceso de producción de los vinos españoles y ha abierto nuevas oportunidades para los productores, que deben dejar de vender caldos y empezar a vender marcas.
Así lo ha explicado Ernesto Gallud, secretario de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV), quien ha señalado que hay que buscar la unión de los intereses de ambas partes porque "el productor puede querer la salida, pero el comprador asiático quiere la marca".
Gallud, que ha participado en la 14 edición de la Feria del Vino y Alimentación Mediterránea en Torremolinos (Málaga), ha señalado que mientras que "nosotros vendemos vino, ellos compran lujo, estatus, occidentalización, significarse y decir que son más y mejores, algo parecido a lo que ocurrió aquí hace treinta años con el güisqui".
En su opinión, para ir a vender a países asiáticos hacen falta al menos tres cosas: una es la paciencia, regla oriental; otra es inversión, regla occidental; y la humildad y la perseverancia para continuar y no rendirse a la primera.
Para Gallud, la ventaja es "tremenda", ya que en un radio de cuatro horas de avión vive la mitad de la población del mundo, y además, la mitad de la población que crece económicamente entre un cinco y un siete por ciento de media cada año.
Ante esta situación, el camino es hacer las cosas "paso a paso" sin descuidar ningún detalle porque con cualquier error, seguramente toda la inversión -que es mucha la que hay que hacer cuando las distancias son tan grandes-, se puede venir abajo.
La promoción no existe para España, según Gallud, porque es un país "muy pequeño en el mundo" y "muy dividido" en lo que a denominaciones de origen se refiere, lo que se traduce en que estas "hacen la guerra por su cuenta" cuando empiezan a vender en Asia.
A pesar de ello, España cuenta con la mejor relación calidad-precio del mundo y con un producto extraordinario, según el experto, por lo que solo hace falta creérselo y "dejar de vender vinos a treinta o cuarenta céntimos".
Por último, Gallud ha manifestado que el productor español está acostumbrado a producir, no a vender, porque no ha tenido ninguna escuela para aprender y lo ha dejado en manos de intermediarios, por lo que irse fuera cuando no conoce cómo son los consumidores es complicado.