Se reduce producción de Repsol en Ecuador por incertidumbre respecto futuro
La reducción de la extracción de Repsol, que es la concesionaria con mayor producción del país, se debe, según explicó Edgar Delgado, gerente de campo del Bloque 16 de la Amazonía ecuatoriana, a la declinación natural de la producción de los pozos existentes y a que no se han perforado otros nuevos.
En 2007 Repsol utilizó tres taladros de perforación para hacer 31 pozos nuevos, con una inversión de 30 millones de dólares, en la zona que tiene en concesión, la mayor parte de ella dentro del Parque Nacional Yasuní de la Amazonía de Ecuador, para mantener y aumentar su producción.
Para este año tenían previsto perforar otros 18 pozos con dos taladros, pero no lo han hecho debido a que "no se justifica la inversión", según Delgado, pues la norma que reparte un 99 por ciento para el Estado y un 1 por ciento para las compañías los beneficios extraordinarios del petróleo, no lo hace viable.
Con este reparto de "99-1" Repsol considera que la operación de sus concesiones en Ecuador "es inviable", pues "la compañía está sacando dinero de su bolsillo" para mantener su contrato, que finaliza en 2012 y que estaba renegociando para pasar a un nuevo tipo, según el gerente de Relaciones Públicas, Federico Cruz.
El Estado ecuatoriano planteó transformar los contratos de participación que tiene con las principales petroleras extranjeras que actúan en el país en contratos de servicios, y negociaba desde enero con cinco compañías para llegar a acuerdos sobre ese modelo.
Repsol-YPF, según señaló Cruz, había planteado a los negociadores del Estado la ampliación hasta 2018 del contrato, siempre que fuera una "operación viable", y ofrecido una inversión de 300 millones de dólares en los próximos tres años, pero actualmente la negociación está en suspenso por decisión del Gobierno.
Los responsables de Repsol recalcaron que la operación de la compañía en Ecuador es "muy cara", pues en los campos que opera se extrae un 94 por ciento de agua y un 6 por ciento de crudo pesado, lo que hace que el coste total de producción sea de unos 30 dólares por barril de petróleo.
Por este motivo apuntaron que "no se puede aplicar una fórmula única para los contratos" con las petroleras, pues el resto no tienen un porcentaje de agua tan alto en el producto que extraen, que se devuelve a los pozos una vez separada del petróleo.
Además, insistieron, la compañía realiza una explotación "limpia", con instalaciones respetuosas con el medio ambiente, similares a las utilizadas en plataformas marinas con pozos en racimo, por lo que sus instalaciones ocupan una extensión mínima, de 400 hectáreas, un 0,2 por ciento de las 200.000 de la concesión.
Repsol mantiene la seguridad toda la concesión, con compañías privadas y apoyo militar, y "es la única petrolera que no ha tenido problemas con las comunidades indígenas", en especial con los waoraní, cuyas 32 comunidades atiende, tanto en las 5 que están dentro de su área como las 27 restantes, según Cruz.
A estas comunidades Repsol les suministra atención social, médica y educativa y sus responsables reconocen que se están cambiando sus costumbre ancestrales, pero evitando cualquier imposición, sino que los cambios "los deciden ellos mismos".
La petrolera mantiene el control del área e impide el acceso de colonos, madereros o especies vegetales o animales ajenas al ecosistema del Yasuní, donde tiene dos campamentos con un total de unas 600 personas, aunque ha llegado a tener 1.300 el años pasado, cuando se hacían trabajos de perforación.
En la actualidad, Repsol-YPF trabaja en su concesión del Bloque 16, en la zona compartida con la estatal Petroecuador de Capirón, donde produce unos 53.000 barriles, y hace de operador de servicios en el campo estatal de Tivacuno, donde extrae otros 12.000 barriles.
Entre el Bloque 16 y Capirón la empresa calcula que hay unas reservas de unos 300 millones de barriles, de los que se habrán sacado unos 250 millones para el año 2012, según los técnicos de Repsol. EFECOM
cho/jla
(con fotografía y vídeo)