Empresas y finanzas

Médicos Sin Fronteras: "El precio de los medicamentos no puede depender de la caridad de las empresas"



    Con motivo del Día de la Malaria, Novartis ha puesto en marcha una iniciativa por la que comercializará su medicamento Coartem, contra esta enfermedad, con una rebaja del 20%. El anuncio del laboratorio suizo ha sido el más reciente, pero este tipo de medidas son frecuentes entre las farmacéuticas, anuque "menos de lo que desearíamos", según el portavoz de Médicos Sin Fronteras España, Javier Sancho.

    Una de las campañas más sonadas fue la llevada a cabo por Pfizer (PFE.NY) en 2006. Hace un par de años, la multinacional estadounidense donó 15 millones de dólares a la fundación del matrimonio Clinton para luchar contra la malaria. Menos mediática pero también cuantiosa es la labor de otra de las grandes del sector, GlaxoSmithKline (GSK.LO), que el pasado año destinó unos 25 millones de euros para respaldar al Malaria Consortium, que desarrolla un programa para aumentar la concienciación y movilizar recursos para esta dolencia.

    Iniciativas escasas

    Para Javier Sancho, portavoz de Médicos Sin Fronteras (MSF) España, estas ayudas son "estupendas", pero escasas. En su opinión, el principal obstáculo se encuentra en el hecho de que sean empresas privadas las que monopolizan la investigación, fabricación y distribución de los fármacos porque, en esencia, su objetivo es lograr beneficios.

    En este sentido, Sancho considera que campañas como la de Novartis (NOVN.CH), aunque positivas, no son del todo eficaces ni suficientes porque son un acto de "buena voluntad". "No se puede hacer depender el precio de un medicamento de la caridad de las compañías", señaló a elEconomista.es.

    A partir de ahora, la compañía suiza permitirá que el precio para el sector público se reduzca incluso hasta los 0,37 dólares. Sin embargo, la realidad es que, en líneas generales, el importe de estos fármacos específicos es demasiado caro para los habitantes de los países pobres y en vías de desarrollo.

    Por una parte, las empresas no están dispuestas a recortar el margen de beneficio por debajo de un cierto límite y, por otra, las patentes dificultan el desarrollo de genéricos que serían más económicos. "A un laboratorio le puede parecer barato vender un medicamento a 3 dólares, pero sigue estando por encima de las posibilidades de una persona que vive con menos de 1 dólar al día", destaca el portavoz de MSF España.

    Poca investigación

    El precio es una "barrera", pero también lo es la falta de investigación. Según Sancho, en los últimos 30 años las empresas del sector farmacéutico de todo el mundo sólo han invertido un 1% de su presupuesto de I+D en enfermedades olvidadas, clasificación en la que se engloban la malaria o la tuberculosis.

    En este contexto, tanto Médicos Sin Fronteras como Intermón Oxfam ponen el acento en la potenciación de los genéricos y reclaman una mayor intermediación de los gobiernos occidentales. Según la Fundación Malaria de África, esta enfermedad supone unas pérdidas anuales de 12.000 millones de euros a la región, por lo que la financiación pública internacional "hace mucha falta", aclara Sancho.

    La malaria se cobra la vida de más de un millón de personas cada año. Sin embargo, "morir de malaria ya no es inevitable", destacan desde MSF, "pero es necesario que continúen los esfuerzos, liderados por la OMS" para hacer accesibles "los medicamentos que ya están disponibles".