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TESTIGO-"La Dama de Hierro": mi papel en su ascenso



    GINEBRA (Reuters) - Fue en gran parte por la falta de cualquier otra noticia cuando lancé al mundo el sobrenombre favorito de Margaret Thatcher, "Dama de Hierro", en un tranquilo sábado de invierno de enero de 1976 en Moscú.

    Apenas podía sospechar que estaba jugando un papel quizás no insignificante en su ascenso hasta convertirse en primer ministro tres años más tarde.

    Ojeando los pesados y muy parecidos periódicos del día, me encontré con un titular llamativo - y no había muchos de esos en los medios de comunicación soviéticos - en el portavoz del ejército Estrella Roja, o Krasnaya Zvezda en ruso.

    "Zheleznaya Dama Ugrozhayet", decía - "La Dama de Hierro esgrime amenazas". La historia a continuación, del periodista Yuri Gavrilov, reprendía a la mujer que entonces lideraba a la oposición conservadora británica por un discurso advirtiendo sobre el peligro que suponían las armas soviéticas.

    "Es conocida por sus compatriotas como la Dama de Hierro", afirmó Gavrilov.

    Como exiliado británico al frente de la oficina de Reuters en Moscú, nunca había oído ese término aplicado a ella y decidí - en ausencia de otras noticias - que eso valía para hacer una historia propia.

    "La líder conservadora británica Margaret Thatcher fue apodada hoy 'La Dama de Hierro' por el periódico del Ministerio de Defensa soviético Estrella Roja", decía mi pieza. Dio juego a los medios británicos - sin reconocimiento como suele pasar a menudo con las noticias de agencia.

    En una semana, Thatcher - vestida de rojo escarlata - jugaba tímidamente a ese juego, claramente encantada con el término.

    "Me presento ante ustedes esta noche con mi vestido Estrella Roja, mi cara suavemente maquillada y mi pelo rubio ligeramente ondulado, la Dama de Hierro del mundo occidental", dijo a una audiencia que reía a carcajadas en una cena de una circunscripción electoral de su partido.

    "Sí, soy una Dama de Hierro. Después de todo, no es nada malo ser un Duque de Hierro", dijo refiriéndose a uno de sus ídolos, el Duque de Wellington que derrotó a Napoleón en Waterloo.

    No le importó la comparación soviética involuntaria con el gran general inglés "si eso es lo que quieren interpretar de mi defensa de los valores y las libertades fundamentales en nuestra forma de vida", añadió, provocando un caluroso aplauso.

    GUERRERA FRÍA

    La futura primera ministra, o sus asesores, no habían estado tan agradecidos meses antes cuando escribí una historia similar sobre un cartel propagandístico en Moscú que la presentaba como "Señora Thatcher, Problema Hatcher" y retratándola como una "bruja de la Guerra Fría" de nariz ganchuda.

    Este sobrenombre no fue aceptado en Londres, aunque ella dejó claro más tarde que le gustaba ser llamada "Guerrera de la Guerra Fría" por la Unión Soviética y sus aliados comunistas.

    Impulsó su imagen en un momento en que estaba criticando a un vacilante gobierno laborista de izquierdas como "blando con los rusos" en el periodo anterior a las elección en las que llegó al poder en 1979.

    En el momento en que llegó a Moscú en 1987, el nuevo líder soviético Mijail Gorbachov, en busca de mejores relaciones con occidente, había suavizado ese lenguaje, y el propio mandatario había dejado claro que admiraba su combativo estilo.

    Pero en la recepción en la embajada británica frente del Kremlin, se ganó algunas risitas nerviosas cuando hizo referencia de pasada a su "naturaleza de hierro".

    Mientras Thatcher avanzaba en la línea de la recepción, se me ocurrió que quizá podría reconocer mi papel en la creación de su imagen - aunque fuera sin pretenderlo por parte de un periodista cuyas simpatías políticas estaban en otro sitio.

    Pasó rápidamente a mi lado, en silencio, con solo un breve, férreo movimiento de cabeza.

    /Por Robert Evans/

    (Robert Evans, ahora corresponsal en Ginebra, fue el jefe de la oficina de Reuters en Moscú entre 1975-81 y 1986-91. Aquí recuerda su papel en cómo Margaret Thatcher, que falleció el lunes, llegó a ser conocida como la "Dama de Hierro" durante su ascenso para convertirse en la primera mujer primer ministro de Reino Unido.)