Empresas y finanzas
Meliá paga 312 millones a la banca y negocia refinanciar otros 488 millones
- Usa la caja y los bonos para afrontar el crédito sindicado que vence en 2013 y 2014
Meliá avanza con paso firme en el proceso de reducir y refinanciar su elevada deuda de 1.003 millones de euros. La estrategia elaborada por la cadena balear para sanear su balance y aplazar entre cinco y siete años gran parte de los vencimientos de 800 millones a los que tienen que hacer frente entre 2013 y 2014 tiene tres patas: acudir al mercado de capitales, negociar con la banca acreedora y vender activos.
En la última semana, la multinacional que preside Gabriel Escarrer ha culminado con éxito parte de sus deberes al aprobar una emisión de bonos convertibles por 200 millones de euros, que ha tenido muy buena aceptación entre los inversores institucionales -tuvo una demanda 2,5 veces superior a lo ofertado-.
Planes de pago
Con los fondos que la hotelera va a captar en el mercado (está previsto que la suscripción y desembolso de las obligaciones se ejecute el cuatro de abril) la firma balear va a pagar a la banca los 312 millones de euros del préstamo sindicado que vencen hasta 2014 (209 millones en 2013 y 103 millones en 2014). Así, además de los 200 millones de los bonos convertibles, la cadena va a tirar de los 327 millones de euros que tiene entre caja y depósitos a corto plazo.
El pago de este crédito supone un soplo de aire fresco para el balance de la compañía -cancela deuda a corto con la banca que pasa a largo con mejores condiciones- y la sitúa en una posición mucho más cómoda para refinanciar los otros 488 millones que vencen entre este año y el que viene.
Así, la cadena hotelera "mantiene conversaciones con la banca acreedora para refinanciar sus vencimientos a la vez que también tiene prevista la posibilidad de acceder a mercados de renta fija para refinanciar vencimientos de deuda previstos para 2013 y 2014", tal y como comunicó ayer a la CNMV.
Acudir al mercado de renta fija para lograr financiación forma parte de la estrategia de Meliá para aplazar el pago de la deuda hasta 2018, reducir y controlar los costes financieros, que en 2012 se situaron en un 5,4 por ciento, y equilibrar la estructura de capital entre bancos y fondos (al 50 por ciento).
Así, la emisión de bonos convertibles a cinco años aprobada la semana pasada cumple estos tres objetivos. Por un lado, aplaza hasta 2018 el pago de 200 millones de euros; ayuda a rebajar el coste de la deuda, ya que las obligaciones emitidas tienen un interés de 4,5 por ciento anual, un tipo bastante "cómodo" que está por debajo de lo que piden las entidades financieras; y, por último, eleva al 33 por ciento el peso de los mercados de capitales en el cómputo global de las fuentes de financiación (antes de la emisión es del 21 por ciento). El objetivo es elevar la partida de la renta fija al 50 por ciento, por lo que la cadena sigue explorando los mercados.
De cara a 2018, cuando vencen los bonos, la cadena tiene previstas tres vías para "convertir" los bonos sin afectar al accionista: canjear las acciones de la autocartera; emitir nuevas o cambiarlas por efectivo.
Venta de hoteles
Paralelamente, Meliá continúa con el proceso de venta de activos para reducir la deuda. Así, la hotelera, con activos por valor de más de 3.000 millones de euros (los créditos hipotecarios suponen el 9,2 por ciento del valor de los activos), prevé vender hoteles por 200 millones en dos años.