El escándalo del banco Monte dei Paschi salpica a Monti y a Draghi
- El primer ministro, Mario Monti, dispuesto a acudir al Parlamento italiano
Mario Monti, el tecnócrata al frente del Gobierno italiano, no es el favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales de febrero, pero podría quedar aún más relegado por el escándalo del Monte dei Paschi y las críticas que arrecian contra el papel desempeñado por su Ejecutivo, por las que ya ha manifestado su disposición a acudir al Parlamento. Pero en el ojo del huracán se encuentra también Mario Draghi, que comandaba el banco central italiano cuando sucedieron los hechos.
La campaña electoral italiana de cara a las elecciones anticipadas de los próximos días 24 y 25 de febrero se ha visto empañada con la noticia de los cientos de millones en pérdidas que Monte dei Paschi ocultó a los reguladores. ¿El motivo? El banco recibirá en breve ayudas públicas por valor de 3.900 millones de euros para cumplir con la exigencia de capital europea aprobadas por el Gobierno de Mario Monti.
Las críticas se sucedieron ayer al tiempo que la tercera entidad de Italia se desplomaba en la Bolsa de Milán, y el primer ministro se ha visto forzado a anunciar que comparecerá ante el Parlamento para rendir cuentas a los partidos de la oposición y defenderse de las acusaciones sobre su gestión.
"Es una cuestión que no tiene fundamento, pero el Gobierno está preparado para dirigirse al Parlamento", aseguró. Así, desde el Foro de Davos, manifestó su disposición a dar explicaciones, pero rechazó que se deba a un fallo en la labor del banco. "No creo que haya un problema de supervisión y es especialmente importante separar esta cuestión del Monte dei Paschi de la confusión que se está creando en torno a ella por razones que son obvias", afirmó en declaraciones recogidas por Reuters.
También Draghi
Según confirmaba ayer el consejero delegado del banco, Fabrizio Viola, en una entrevista con Il Messagero, las pérdidas relacionadas con los derivados y otras operaciones rondarían los 720 millones de euros. Sin embargo, puntualizó que se trata de una estimación preliminar, por lo que la cifra podría cambiar.
Estas operaciones han sido conocidas gracias a la colaboración de los nuevos directivos del banco de Siena, que las han comunicado a la Banca de Italia, el supervisor financiero italiano.
El regulador de la banca ha asegurado en un comunicado que no sabía nada de las operaciones financieras desarrolladas por Monte dei Paschi, ya que éste las "ocultó". Sin embargo, las voces críticas han arremetido también contra Mario Draghi, que estaba al frente del supervisor mientras el banco realizaba estas prácticas, entre 2006 y 2009.
Ayer, el ex ministro de Economía italiano y también candidato a la presidencia, Giulio Tremonti, calificaba de "increíble" que Draghi no se hubiera dado cuenta de dichas operaciones, y que ni siquiera se hubieran tomado medidas preventivas.
También desde el actual gabinete se ha dejado sentir el malestar hacia la albor del supervisor bancario. "No éramos nosotros los que vigilábamos", indicó el actual titular de la cartera de Economía, Vittorio Grilli, a la prensa ayer. "Todo lo que diré es que los controles son responsabilidad de la Banca de Italia", destacó, sin mencionar a Draghi.
Mensaje de calma
Quien sí rompió una lanza a favor del presidente del ahora BCE fue el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, quien manifestó tener "plena confianza" en el banco central.
Desde Monte dei Paschi han criticado el fuego cruzado abierto entre las fuerzas políticas italianas, a las que ha acusado de "explotar" el asunto.
Además, el banco ha querido también lanzar un mensaje de cama a inversores y clientes asegurando que los 3.900 millones de euros que recibirán del Estado italiano son "inequívocamente suficientes" para restaurar su salud financiera y que no tiene sentido hablar de "bancarrota". Está previsto que hoy la entidad celebre una junta de accionistas.