Empresas y finanzas
El banco malo estudia convertirse en fondo para elevar su rentabilidad
- Mejoraría sus beneficios con una menor carga impositiva
- Anticiparía la devolución de la deuda y repartiría antes dividendos
El Gobierno se plantea transformar el banco malo o Sareb en un fondo de fondos, según fuentes conocedoras del proyecto. El Ministerio de Economía está analizando esta opción y la está negociando con Bruselas, con el objetivo de mejorar la rentabilidad de los accionistas privados. Esta alternativa, a su vez, podría atraer el interés para que fondos extranjeros, que hasta ahora se han mostrado reticentes a invertir dinero, finalmente entren en el capital de esta compañía. La Sareb recibe 37.109 millones de activos de la banca nacionalizada.
La idea es que la Sareb pase de ser sociedad anónima a un fondo de activos bancarios (FAB). De esta manera su tributación bajaría del 30% general al 1%, con lo que los beneficios serían mayores y podría hacer frente antes a la amortización de la deuda y, así, anticipar el pago de dividendos.
El banco malo ha tenido que nacer con este statu quo porque la normativa sobre los FAB no está desarrollada. Se espera que a principios del próximo ejercicio la CNMV elabore la regulación necesaria, que servirá también para que los inversores, especialmente extranjeros, adquieran lotes de inmuebles y créditos con exenciones fiscales.
La Sareb promete una rentabilidad anual de entre el 14 y el 15%, según el plan de negocio elaborado por Álvarez & Marsal. Según este proyecto hasta el décimo ejercicio la compañía no podría otorgar dividendos, ya que primero se tenía que amortizar la deuda. El BCE, que forma parte de la troika, ha exigido esta condición debido a que los bonos que emita el banco malo para adquirir activos a las entidades nacionalizadas estará avalada por el Estado.
Esta deuda servirá a los bancos ayudados para acudir a la ventanilla del BCE y captar liquidez. Lo que la institución monetaria pretende es que se reduzca cuanto antes el endeudamiento de la Sareb y el riesgo país de España.
Quinto año
Esta imposición va en contra de los intereses de los accionistas privados, al no poder recibir dividendos hasta el décimo año. Los socios pretenden que sea cuanto antes. Esperan que en el quinto año puedan recoger ganancias por su inversión, que ascenderá en torno a los 2.750 millones de euros. De ahí que el Gobierno esté estudiando la posibilidad de que los beneficios se mejoren a través de la fiscalidad.
La Sareb, además, antes de destinar dinero a sus accionistas, tiene que hacer frente al pago de los intereses de la deuda subordinada que adquirirán los inversores privados para la recapitalización. Tendrá que abonar cupones del 8 por ciento anual por estos instrumentos. El capital de la Sareb estará formado en febrero por acciones (1.250 millones de euros) y deuda subordinada (3.750 millones de euros).
La mejora de la fiscalidad elevará la rentabilidad y podría atraer a distintos fondos internacionales. Cerberus o KKR han mostrado un cierto interés por participar no sólo en compras de activos, sino en la adquisición de títulos ordinarios.
Los fondos, por norma general, cuentan con criterios de inversión. Entre estos se encuentra una rentabilidad de un mínimo del 20% anual.
Para poder mantener los compromisos la intención de la Sareb es vender los activos a un mayor precio de adquisición. No se espera que el banco malo vaya a realizar ofertas agresivas para desprenderse de los mismo. "La intención no es hundir el mercado, sino optimizar la inversión", declaró la semana pasada la presidenta de la compañía, Belén Romana, en su primera intervención pública.
En la constitución de la Sareb no ha participado ningún inversor extranjero, a excepción de dos bancos (Deustche Bank y Barclays) y una aseguradora (Axa), que cuentan con un volumen importante de negocio en nuestro país.