El caso de éxito del grupo inmobiliario Núñez y Navarro en plena crisis del sector
Pocas compañías inmobiliarias han logrado resistir a la crisis del sector sin prácticamente asistencia. Núñez y Navarro, la empresa del que fuera presidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez, es una de ellas. Tras reinventarse, la compañía ha logrado mantener un nivel creciente de facturación.
El grupo, que emplea de forma directa a 750 trabajadores, factura 180 millones de euros al año y ha conseguido convertir su negocio tradicional, la promoción de viviendas de carácter urbano, en una actividad pluridisciplinar vinculada a los inmuebles, recuerda en un artículo Economía Digital.
Para Núñez y Navarro, apenas el 20% del volumen total de negocio procede de la actividad de promoción. El resto, llega de que lo que los directivos llaman "actividad recurrente". Otro dato: ni siquiera en el momento más difícil de la crisis que ha vivido el sector, la empresa ha registrado una cuenta de resultados negativa.
El recurso limitado al endeudamiento ha permitido que la financiación utilizada siempre esté vinculada a negocios que ya obtienen beneficios (inmuebles con rentas aseguradas) y no a las promociones inmobiliarias que comercializa, explica Economía Digital.
En este contexto, la compañía también ha superado en los últimos meses un proceso judicial, relacionado con los terrenos de la llamada Torre Negra, en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). El Supremo dio a la razón al grupo frente al Ayuntamiento de esa localidad, y ha obligado a la corporación a restituir los planes urbanísticos y permitir que los promotores puedan urbanizar y edificar unos solares.
Eso sí, existe otro asunto judicial paralelo, por el cual los tribunales de Barcelona condenaron a penas de prisión a José Luis Núñez y a su hijo por la eventual participación en la trama de los inspectores de Hacienda de Barcelona.
La sentencia ya se ha recurrido ante el Supremo y los empresarios confían en que se consideren sus argumentos y se restablezca las garantías procesales que consideran vulneradas por la justicia barcelonesa.