"Ni habrá una gran crisis ni se destruirá un millón de empleos en la construcción"
¿Realmente se va a destruir un millón de empleos en la construcción, como se está diciendo?
A mí me parece que no. ¡Sería tremendo para la economía! Además, hay que medir la pérdida de empleo en un año completo. En la crisis de 1992 a 1996, en el peor momento no llegamos a 200.000 pérdidas de empleo en el ejercicio completo, y entonces la construcción de vivienda se redujo a la mitad, la situación económica era durísima, cayó la obra civil... Hoy tenemos una posición mucho más fuerte.
¿Quiere decir que no hay crisis?
No veo que vaya a haber una gran crisis, una catástrofe, pero sí una desaceleración clara, sobre la que es preciso esperar a que termine este primer trimestre de 2008, que nos va a decir realmente cuál es la situación. Además, ante la duda, el mejor indicador es el consumo de cemento, cuya evolución es paralela a la gráfica de la población ocupada -afirma mientras enseña unos gráficos que respaldan sus palabras-. Y Oficemen -la patronal de las cementeras- prevé una caída de su producción este año de entre el 5 y el 10%.
Entonces, por pura regla de tres, la construcción caerá entre el 5 y el 10%.
Eso podría pasar. En concreto, este año va a ser un ejercicio de transición, con una ralentización que podría llegar al 15% debido al parón de las elecciones. Por eso, el nuevo Gobierno deberá ponerse en marcha desde el primer día; hace falta que en 2008 haya proyectos que puedan ponerse en marcha en 2009.
¿Cómo se van a financiar los proyectos ante la progresiva disminución de los fondos europeos?
La gran asignatura pendiente es la participación del capital privado en las infraestructuras porque, aunque el Estado mantenga su nivel de inversión (1,51% sobre el PIB nacional), la aportación de los fondos europeos se va a reducir a la mitad (del 0,42 al 0,24%). Por tanto, si queremos mantener los niveles de inversión, hace falta conseguir financiación para 21.300 millones de euros hasta 2012.
¿Y cómo van a conseguir esa financiación con la actual crisis crediticia?
Los bancos sí dan crédito a las infraestructuras, para ellos es una actividad de negocio fundamental, porque lo que financia la concesión es la propia concesión. Además, las entidades apostarán cada vez más por estas actividades, ya que al bajarles el crédito hipotecario necesitan una vía de escape.
¿La financiación privada también serviría para acelerar las obras del AVE, por ejemplo?
En el sector ferroviario es muy difícil la financiación privada. Los ferrocarriles británicos se privatizaron al cien por cien y han tenido serios problemas, porque cuenta con unos gastos de personal, mantenimiento tecnológico, etcétera que no se pueden trasladar fuera del sector público. Otra cosa es que la infraestructura la construya y mantenga el sector privado.
La financiación privada debe enfocarse más hacia proyectos de carreteras, medio ambiente, sobre todo plantas desaladoras y depuradoras, e infraestructuras sociales, como colegios, cárceles, edificios públicos. Además, sería una alternativa a la posible recesión de la construcción: si los Ayuntamientos van a tener menores ingresos por viviendas, con la financiación privada tendrán menos gastos de inversión inicial para seguir afrontando las infraestructuras sociales que necesitan.
¿Qué opina de la polémica desatada en Cataluña por las obras del AVE y la rescisión del contrato a OHL, miembro de Seopan?
Lo que ha ocurrido en Barcelona es un ejemplo de los problemas que ocurren cuando los fallos técnicos se llevan a la política. Hay que dejar que los técnicos hagan su trabajo. El grupo constructor (OHL) es ejemplar y tampoco creo que el Ministerio de Fomento haya querido echarle la culpa; pero los problemas técnicos existen.
¿Considera que debería eliminarse el Ministerio de Vivienda?
Puede tener sentido si se le dota de competencias, aunque también podría integrarse dentro de Fomento, como en su momento estaba Medio Ambiente.