Banco Santander busca captar hasta 15.000 millones de liquidez con la venta de nuevos pagarés
- La comercialización se centrará en las empresas y no tanto en los particulares como hasta ahora
La entidad ha lanzado un nuevo programa de pagarés tras finalizar en septiembre el puesto en marcha en otoño de 2011. Con él busca captar hasta 15.000 millones de euros. La entidad, en esta ocasión, centrará su comercialización en el segmento empresarial y no tanto en el cliente particular como a lo largo de este año.
Es decir, que vuelve a su estrategia habitual con este tipo de productos, después de que el Gobierno haya retirado la penalización por los depósitos de alta remuneración. De hecho, tiene a disposición imposiciones a plazo con rentabilidades superiores al 3,75 por ciento.
En el caso de los nuevos pagarés, los intereses serán negociados con cada cliente, quien podrá adquirirlos a partir de los 1.000 euros. El anterior programa fue de 5.000 millones, que posteriormente se amplió hasta los 7.500 millones. Pagaba hasta un 4%, en función de los importes y del plazo.
Ahora espera, en un objetivo máximo, lograr el doble de liquidez. A pesar de la mejoría de los mercados, que descuentan ya un próximo rescate de nuestro país, las entidades cuentan con dificultades para captar recursos entre los inversores mayoristas a precios razonables y con volúmenes relevantes.
La incertidumbre que todavía existe penaliza la emisión de deuda para los grupos bancarios españoles. La prima de riesgo está en torno a los 400 puntos. En estas circunstancias las entidades tienen que pagar tipos de interés muy elevados para aprovisionarse de liquidez suficiente para hacer frente a los vencimientos de bonos y obligaciones.
Penalización de los depósitos
La penalización de los depósitos con altas rentabilidades el pasado verano provocó una oleada general de venta de pagarés en el sector a través de las sucursales y a clientes minoristas. Este producto escapa del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y, por tanto, las entidades esquivaban a su mayor contribución por las remuneraciones elevadas para obtener recursos.
En concreto, se pusieron a la venta en todo el sistema pagarés por un importe superior a los 90.000 millones de euros. Ha sido el producto estrella en las oficinas financieras hasta este mismo verano, cuando el Ejecutivo decidió anular la penalización por las imposiciones a plazo tradicionales.
Entonces se desató una guerra y los bancos pagaban entre un 4 y un 5%, aunque en algún caso se llegó a abonar hasta un 8 por ciento por dificultades serias de liquidez, en un momento en el que el mercado mayorista estuvo completamente cerrado.
Los pagarés, al no estar garantizados, cuentan con riesgo. Cotizan en un mercado secundario, pero su liquidez es muy limitada. Si se quisiese cancelar antes del vencimiento, se podría tener dificultades para lograrlo y recuperar el capital con pérdidas.
En la actualidad, la banca ha vuelto a la guerra por los depósitos y los mercados se han abierto tímidamente. Tanto el Santander como BBVA han logrado emitir bonos y cédulas. Otros grupos, de menor tamaño, incluso han podido atraer a los inversores, como Bankinter.