Empresas y finanzas
Ignacio García Magarzo: "Los supermercados no tiramos comida a la basura"
- Ignacio García Magarzo es el director general de Asedas
Los supermercados se han convertido en el formato que más crece, a pesar de la crisis. A la ventaja que supone la proximidad, se ha unido el hecho de que han conseguido bajar los precios y presentar al consumidor una oferta variada. Asedas, una de las dos patronales del sector, representa, entre otros, a Mercadona, Consum, Ahorramás, el Grupo Ifa, o Covirán. Son 9.000 puntos de venta y 220.000 trabajadores, con una facturación conjunta de 40.215 millones en 2011.
¿A qué obedece el éxito que está registrando en plena crisis y parón del consumo el formato del supermercado?
Hace años ya que los súper dieron el paso de crecer para poder competir en precio. Y si puedes competir en precio con otros formatos más grandes, en unas circunstancias como las actuales, en las que se ha reducido el ticket medio, aportan esa cercanía al consumidor que hace que muchos ciudadanos los elijan para hacer la compra.
¿Cómo está afectando la subida del IVA?
Desde el mes de julio de 2008 el consumo de alimentación ha caído casi ininterrumpidamente. Aún ahora, desgraciadamente, comparando meses con el mismo periodo del año anterior, sigue cayendo el consumo alimentario en determinados meses. Y la subida del IVA, desde luego, no ayuda a reactivarlo, eso es evidente.
Hay sindicatos que piden a los súper que no tiren comida y que lo donen a los bancos de alimentos. ¿Cuál es su opinión?
Con mucha diferencia, donde más se desperdicia la alimentación en nuestro país es en el hogar. Es el consumidor el que contribuye fundamentalmente a que buena parte de los alimentos terminen en la basura. Del resto de operadores de la cadena, la distribución es sin duda el que menos desperdicia. Según los informes de la UE está en torno al 5% del total, medido en kilo. Las empresas tratan de evitar al máximo la tasa de rotación y evitar que haya productos que se desperdicien.
¿Y que se hace con esos desperdicios?
Es una parte mínima, y de ahí existe una parte que está regulada por las normas de seguridad alimentaria. No se puede entregar todo tipo de producto que se desperdicia. Hay por ejemplo subproductos de origen animal que deben ser destruidos por un gestor autorizado. La ley de seguridad alimentaria impone que sea así.
Y del pequeño resto que queda, las empresas han incorporado, dentro de su política de responsabilidad social, donarlo a los bancos de alimentos. Pero eso exige también que existan esos bancos y que tengan la logística adecuada para que no haya un riesgo de seguridad.
Es decir, que no se tira comida a la basura...
En absoluto. El 50% se desperdicia en hogares, el 43% en la industria -pero es lógico, porque en el proceso de transformación hay productos que se tienen que desechar- y sólo el 5%, como digo, en la distribución. Las cadenas trabajan y compiten, por ejemplo en frescos, para reducir al mínimo la merma. Y al final es una cantidad muy pequeña. Si a una empresa se le caducan muchos productos es que no funciona bien.
¿Y funciona correctamente la seguridad alimentaria en España?
La crisis del E.Coli durante el verano pasado demostró que el sistema de garantía alimentaria en España no sólo aguanta la comparación con cualquier otro de la Unión Europea, sino que en general es mejor. Esto se debe a que tenemos un sector muy implicado y a que nos lo tomamos muy en serio, porque somos un gran país productor. Agricultores, industria y distribución estamos permanentemente en contacto y hay una relación permanente con la Administración.
Los precios han subido un 7%, ¿qué se espera a partir de ahora?
No puedo hablar de precios, me saltaría la normativa de competencia. Lo que sí puedo decir es que este sector ha sabido ajustar al máximo sus márgenes y costes para ser muy competitivo en precios. Y habrá más esfuerzos, porque la situación obliga a ello.
¿Pero se pueden seguir estrechando los márgenes?
Las empresas de distribución alimentaria innovan para ser más eficientes, y seguir ajustando los márgenes y los precios. Se innova, por ejemplo, para reducir el coste en packaging, en logística, en consumo energético, en el diseño de los establecimientos...
¿Qué piensa de la Ley de la Cadena Alimentaria que pretende poner coto a los abusos en las relaciones comerciales?
El informe que hizo Competencia analizó muchas prácticas, pero no todas tienen una influencia negativa. En según qué circunstancias, una misma práctica puede ser buena o no para la competencia, puede ser abusiva o estar justificada. Por ejemplo, los pagos comerciales por referenciación, la CNC los permite siempre que sea transparente y aceptado por las dos partes. Competencia no dice que haga falta mayor regulación. Introducir más intervencionismo puede tener un efecto contraproducente.
¿La distribución es un sector intervenido, como dice Anged?
Sí, es un sector intervenido. Debe haber una regulación, pero debe estar justificada por razones de interés general para presevar el interés de los consumidores. Lo que no puede haber es una intervención política.
¿Cuál es la evolución del empleo en los supermercados?
Somos uno de los pocos sectores de la economía española que sigue creando empleo. Obviamente a un ritmo menor que hace unos años, pero se sigue creando.