Empresas y finanzas

Santander se echa para atrás: no comprará las oficinas de RBS en Reino Unido



    Banco Santander ha renunciado a la compra de 318 oficinas del nacionalizaco banco inglés Royal Bank of Scotland (RBS), según adelanta hoy el diario Financial Times, que califica el colapso de la operación como un "giro desastroso" para la entidad británica.

    RBS ha estado trabajando en esta operación más de años, y es importante porque forma parte de las exigencias de la Comisión Europea para aprobar el rescate de 45.000 millones de libras de entidad.

    Según las fuentes del diario, Santander es el que ha desestimado la operación, que en un principio tenía un valor de 1.650 millones de libras (casi 2.000 millones de euros) y que le habría convertido en el cuarto banco del Reino Unido.

    Un momento difícil para RBS

    El Financial Times apunta a que vienen tiempos complicados para la entidad, que llegó a ser la mayor del Reino Unido, y su consejero delegado Stepehen Hester.

    El banco británico se enfrenta a una posible multa de los reguladores británicos por su participación en el escándalo de manipulación del libor, y se espera que su penalización sea mayor que la de Barclays (290 millones de libras).

    Santander y RBS llegaron a un acuerdo en agosto de 2010 sobre la compraventa de 318 oficinas, aunque el cierre de la operación, que se esperaba para finales de 2011, fue retrasándose una y otra vez.

    Uno de los grandes problemas ha sido de índole tecnológico, ya que las cuentas de RBS no eran compatibles con las de la entidad española.

    Asimismo, los problemas económicos han lastrado la esperada rentabilidad de la operación para Santander, y ya desde principios de año se especulaba con que la entidad española quería una rebaja del precio, ya que el acordado inicilamente no llegaba a sus requisitos financieros.

    Pero el que tiene el mayor problema ahora es RBS, que tiene hasta finales de 2013 para vender estos negocios.

    Santander, por su parte, renuncia a una operación que habría supuesto casi triplicar su negocio de pymes en Reino Unido, un área clave para su desarrollo en las islas británicas.

    La adquisición incluía 311 sucursales de RBS en Inglaterra y Gales y 7 de NatWest en Escocia, 40 centros bancarios para pymes, más de 400 gerentes de banca de empresa, cuatro centros de banca corporativa y tres centros de banca privada.

    La operación afectaba a 1,8 millones de clientes particulares, 244.000 pymes y aproximadamente 1.200 clientes de banca de empresas de tamaño mediano.