El banco malo tardará meses en poder ofrecer todas las viviendas
- La transferencia de inmuebles exige un trabajo de certificación y tasación
El llamado banco malo, al que las entidades que pidan ayudas transferirán sus inmuebles, debe estar operativo en noviembre. Lo exige el Memorando de Entendimiento impuesto por Bruselas para facilitar hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar la banca. Sin embargo, fuentes del mercado inmobiliario dudan de que pueda estar en pleno rendimiento antes de finalizar el año porque la banca carece de los "papeles" que certifican cada uno de los inmuebles y se debe tasar de forma individual cada una de las unidades que transfieran (viviendas, locales, promociones, aparcamientos, trasteros, etc.).
Para dar cumplimiento al compromiso adquirido con los socios europeos, el Gobierno debe aprobar el marco regulatorio del banco malo el próximo viernes -el Memorando exige hacerlo en el mes de agosto-. Los reguladores dispondrán de dos meses extra para perfilar toda la letra pequeña en el desarrollo reglamentario, "a fin de garantizar que la entidad esté en pleno funcionamiento para noviembre de 2012", indica el Memorando.
Debe operar en noviembre
Las entidades confían en que los activos puedan transferirse en bloque a la sociedad gestora utilizando los estudios efectuados por Oliver Wyman y las auditoras (Ernst & Young, PricewaterhouseCooper, KPMG y Deloitte). Con sus valoraciones se estresará el balance banco a banco para determinar qué entidades tienen déficit de capital y cuáles pueden reforzase por sí mismas o deben ser recapitalizadas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). A estas últimas se les exigirá evacuar los activos tóxicos a la futura sociedad gestora.
Valoraciones individuales
En el sector inmobiliario dudan, en cambio, que baste una transferencia en bloque de las carteras. Recuerdan que la ley exige actualizar las valoraciones cada tres años y algunas tasaciones podrían encontrarse desfasadas. Y la misma normativa, salvo que se varíe, aconseja determinar el valor de cada unidad cuando el inmueble cambia de manos. Las mismas fuentes refieren una tercera razón: el precio asignado a la cartera será determinante en las ayudas que reciba la entidad -parte de la recapitalización podría derivarse del déficit de provisiones que aflore cuando se ponga un precio a los inmuebles-.
Por otra parte, las entidades no tienen perfectamente documentado cada uno de los inmuebles (si tienen cargas o no, escrituras, títulos de propiedad...). En una consultora reconocen que las entidades han avanzado mucho esta tarea con la puesta en marcha de sus propias inmobiliarias, pero temen que sea insuficiente. Precisamente, el Banco de España elaboró en julio una circular con los requisitos informativos que requeriría a los inmuebles a trasladar a las sociedades gestoras y su detalle incomoda al sector.
En la circular, pendiente de aprobación, requiere varios centenares de datos por inmueble, desde los puros identificativos (localización, registro de la propiedad, valor catastral, si tiene sistema de seguridad, amarios empotrados...), la última tasación, características de habitabilidad (si está alquilado), calidad de la construcción, fecha de la última reforma, al tipo de financiación o refinanciación que avalaba.