¿Quién es realmente Sheldon Adelson, el magnate detrás de Eurovegas?
Es difícil hablar de Sheldon Gary Adelson sin jugártelo todo a doble o nada. Se mueve entre el odio y el amor y pese a su aparente debilidad, por una enfermedad nerviosa que le obliga a vivir pendiente de sus medicinas y apenas le permite andar, esconde un estratega capaz de hacer saltar la banca en cualquier momento.
El hombre que promete invertir 18.000 millones de euros y crear cerca de 200.000 puestos de trabajo en España con su proyecto Eurovegas, creció en el duro barrio de Dorchester en Boston, donde él, judío de familia lituana tuvo que ganarse a golpes el respeto de los chicos irlandeses que le amenzaban mientras acudía al colegio.
Su primer negocio fue a los 16 años cuando decidió reinvertir el dinero que ganaba vendiendo periódicos en la compra de máquinas expendedoras y colocarlas en gasolineras donde los taxistas, entre los que se encontraba su padre, hacían su parada habitual. Tras un breve paso por el ejército, se trasladó en Nueva York donde vio las dificultades de acceso al crédito de muchos pequeños empresarios y se inició como intermediario entre bancos y empresas.
El negocio dio sus frutos y a comienzos de la década de los 70 su buena relación con la banca le permitió acceder a créditos en condiciones ventajosas que le permitieron comprar moteles en los alrededores de Boston, oficinas, apartamentos e incluso una pequeña flota de aviones.
A finales de esta misma década supo anticiparse al boom que tendrían las empresas tecnológicas de la mano de los Jobs, Wozniak o Gates y creo la Conferencia Comdex en Las Vegas. Un lugar de encuentro para los primeros aficionados a la tecnología donde se mostraban los últimos avances del sector. Adelson se dio cuenta que podían crearse negocios alternativos que completaran la oferta de juego y noche que hasta entonces tenía Las Vegas.
Por ello no dudo en invertir junto un grupo de socios 128 millones de dólares para comprar el mítico Casino Sands, que había sido el centro de la llamada Rat Pack (grupo de artistas liderado por Frank Sinatra) en las décadas de los 50 y 60, y convertirlo en el hotel The Venetian, una Venecia de cartón piedra con góndolas y canales incluidos que costó la friolera de 1.500 millones de dólares y que cuenta con 7.128 suites y un gran centro de convenciones.
Sin embargo, hay que reconocer que la idea no fue suya. Fue su segunda y actual mujer, Miri Ochshorn la que, tras vivir su luna de miel en la ciudad italiana, recomendó a Adelson crear en Las Vegas un lugar romántico donde las mujeres que acompañaban a sus maridos a convenciones y negocios pudieran sentirse a gusto.
Adicto al riesgo
Pero no todo ha sido fácil para Adelson. En 2007 estuvo a punto de perder su imperio en su expansión a Asia. Una inversión que le hizo perder unos 25.000 millones de dólares en poco más de dos años y que hizo que las acciones de su compañía cayeran un 99%. Sin embargo, convencido del proyecto no dudó en responder a la deudas aportando 500 millones de la fortuna familiar. El resultado, en los últimos tres años ha recuperado 22.000 millones de dólares y posee casinos en Macao y Singapur.
Ahora, el siguiente objetivo de Adelson es la Casa Blanca. El magnate está dispuesto a donar 100 millones de dólares para lograr que un hombre blanco, republicano, pro-israelí y fuerte ante los sindicatos ocupe el puesto de presidente de EEUU.
Adelson, cuya fortuna Forbes estima en 20.000 millones de dólares, lleva años haciendo generosas contribuciones a causas políticas. De hecho, 21 millones de su dinero fueron la fuente que permitió a Newt Gingrich mantener viva este año su carrera en las primarias republicanas. Y ahora, para esta campaña electoral ha presupuestado, según fuentes citadas por The Wall Street Journal, 100 millones de dólares, ha puesto su poder monetario tras Romney (cuya candidatura se oficializará a finales de agosto en la convención en Tampa) al que ya ha hecho un generoso donativo de 10 millones de dólares, la mayor donación individual en respaldo del candidato republicano, para que haga frente a Barack Obama del que considera que no es suficientemente firme en la defensa de Israel.
Con los 100 millones de presupuesto para este ciclo de campaña, Adelson se plantea apoyar también a grupos como Crossroads GPS, fundado por Karl Rove, el hombre que era conocido como el cerebro de George Bush. Adelson también donó un cuarto de millón de dólares a favor del gobernador republicano de Wisconsin Scott Walker, que sobrevivió a una elección especial la semana pasada, en parte gracias a gastar casi ocho veces más que su rival.
Walker es responsable de una de las leyes que más dura y efectivamente han atacado los derechos de negociación colectiva de los sindicatos de funcionarios en EEUU. La guerra de Adelson con los sindicatos es material legendario y sus casinos en Las Vegas son los únicos de la ciudad donde los trabajadores no pueden formar parte de un sindicato.