Empresas y finanzas

Las cajas aceleran el canje de preferentes por depósitos para evitar demandas



    La banca, principalmente los grupos de cajas de ahorros, han puesto el acelerador para encontrar una solución para los clientes que se han quedado atrapados con su inversión en participaciones preferentes y, también, en obligaciones subordinadas. Dos son los motivos que están llevando a las entidades a buscar un rápido canje que impida pérdidas para los tenedores de estos productos. ¿Qué son las participaciones preferentes?

    El primero es el movimiento social incipiente en algunas regiones, como Galicia, que ha llevado a los tribunales el caso y el temor a que se extienda en el resto del país. La Fiscalía está analizando las denuncias presentadas por un colectivo de afectados de Novagalicia.

    El segundo es la inminente ayuda pública que podrían recibir de Europa para recapitalizarse, que conllevaría, a priori, algunos condicionantes, como que los tenedores de preferentes y de subordinadas carguen con parte del saneamiento. Es decir, que obligaría a los bancos que precisen de recursos públicos a transformar en capital estos instrumentos, ahora ilíquidos, por acciones con elevados descuentos sobre la inversión realizada, con el objetivo de que estas entidades reduzcan sus necesidades por dos vías: por un lado, elevarían de manera directa sus recursos propios, y, por otro, lograrían plusvalías que podrían destinar a la hucha de las provisiones o del capital.

    En este caso, los clientes que acudieron masivamente a la compra de las participaciones preferentes o las subordinadas perderían parte de su dinero. Hasta ahora, los tenedores de estos productos de las entidades que han entrado en pérdidas ya están asumiendo la supresión de los intereses ofrecidos anualmente, que alcanzan de media entre un 7 y un 8,25 por ciento.

    En los últimos días, Caja-España-Duero y Liberbank han anunciado ofertas para canjear estos productos por imposiciones a plazo a 4 o 5 años, operaciones que están pendientes de autorización por parte del Banco de España. Se suman así a la iniciativa puesta en marcha por BMN y Cajasur (Kutxabank).

    El caso de las nacionalizadas

    Por su parte, Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa, al estar nacionalizadas, están a la espera de las eventuales subastas y de que Bruselas dé el visto bueno a sus planes de conversión. La idea que manejan es su transformación en depósitos o en otro tipo de deuda. El rescate europeo al sector, sin embargo, podría truncar su proyecto dependiendo de las condiciones que finalmente imponga a España a cambio del crédito.

    Bankia -en la que casi un millón de clientes se han quedado atrapados en las preferentes, pretende dar una solución satisfactoria este mes, antes de que se celebre la junta de accionistas del próximo 29 de junio. El plan de saneamiento del grupo, por el que ha reclamado unas ayudas extra de 19.000 millones, no contempla la utilización de estos recursos para su capitalización.

    BFA-Bankia dispone de casi 4.000 millones en preferentes, que podrían ser usados para elevar la solvencia con un canje de acciones o de bonos convertibles. También cuenta con subordinadas por importe de otros 8.000 millones, aproximadamente, según los registros de AIAF. Fuentes de la entidad indican, no obstante, que el volumen de estos dos instrumentos se sitúa en unos 8.000 millones.

    El primer plan de Bankia contemplaba la utilización de estas palancas para disminuir sus requerimientos ante los dos decretos de Luis de Guindos. Precisamente, Bankia canjeó en mayo preferentes por acciones por un importe de 1.300 millones para hacer frente a las exigencias de solvencia impuestas por Bruselas en diciembre a las entidades sistémicas.

    Los otros bancos grandes también transformaron esta deuda en capital -bonos convertibles contingentes- para alcanzar los niveles de recursos propios de primera categoría por parte de la Autoridad Europea Bancaria (EBA). El conjunto del sector lo hizo el año pasado para cumplir con el decreto de Salgado por el que se elevaba el ratio de capital hasta el 8 y el 10 por ciento.

    Estos canjes para la recapitalización los puso de manifiesto ayer el Banco de España en su informe anual de supervisión, en el que destaca el 66 por ciento de la emisión de deuda convertible en acciones en 2011 proviene de la sustitución de antiguas obligaciones subordinadas y preferentes. El resto fue prácticamente deuda subordinada nueva.

    El regulador hace hincapié en que sólo Banca Cívica comercializó preferentes con los nuevos criterios internacionales, siendo la primera de esta naturaleza por una entidad conformada por cajas de ahorros.

    Ahora, Cívica ha incluido estas preferentes en el canje por bonos convertibles que realizará en el marco de la operación de absorción por parte de Caixabank, para reducir el coste de la operación de compra de esta última.

    El Sabadell va hacer lo mismo próximamente con las emitidas por la CAM, en el proceso de integración de ambas tras la adjudicación de la alicantina.