Empresas y finanzas

La deuda de los bancos llena de dudas el futuro del ladrillo en su 'año horribilis'

  • El sector inmobiliario está paralizado por falta de crédito


La deuda de la banca es la duda de la banca, pero también de los promotores, de las empresas de la construcción e inmobiliarias y de los ciudadanos que necesitan del crédito para comprar una casa. La deuda es la duda y el "error" de Bankia -dicho en palabras del propio ministro de Economía, Luis de Guindos- es el horror para la economía española y para un sector asfixiado en el ladrillo.

El Real Decreto del 12 de mayo de 2012, que obliga a aumentar la provisión hasta un 29% en total de la deuda, un 14% en el caso de promoción terminada y un 52% en el caso del suelo "sano" ha generado una gran incertidumbre dentro y fuera de España. Y los últimos datos de Bankia, con una exposición al ladrillo superior a los 38.000 millones de euros, en poco o nada ayudan.

Inmobiliarias y constructoras debaten el día a día una situación que ha marcado un antes y un después. Y todo ello, en un mar de dudas que les tiene paralizados. Un ejemplo: "El préstamo promotor es una especie en extinción, en el cual la pregunta que nos debemos hacer es: ¿cómo va a conceder un préstamo promotor la entidad si está deseando desconsolidarlo de su balance y liquidar el riesgo generado hasta la fecha?" Fin de la pregunta que se hace el director del departamento de Valoración de la consultora Savills, Jesús Mateo, que no titubea al decir que "Bankia ha abierto la caja de pandora para reconocer la situación por la cual atraviesan tanto ésta como otras entidades".

Para el director general de Grupo Main, José Parra, "el impacto inmediato es que se han terminado las refinanciaciones para las promotoras". El consejero delegado de Quabit, Alberto Quemada, lo ve de otra manera y dice que ha sido la solución más adecuada. "Con la nacionalización de Bankia, el sistema financiero español gana en certidumbre y credibilidad, y debería permitir mejorar el comportamiento de los títulos de la entidad y convencer a los inversores". Y en medio de esta vorágine de opiniones, la prudencia de Fernando Rodríguez-Avial, el presidente del G-14, que pide tiempo. Fuentes cercanas al grupo recuerdan que aún quedan pendientes temas relevantes como las valoraciones independientes y los desarrollos legislativos.

José Parra, no obstante, lo ve claro: "Bankia hubiera estado abocada a la intervención con la aplicación del Real Decreto, por lo que un día antes ha sido intervenida. Se confía en que los demás bancos puedan hacer frente a las provisiones que Bankia no pudo".

Abrir el grifo del crédito

También en la patronal de la construcción, su presidente, Juan Lazcano, es rotundo. "Si la reforma del sector financiero, las provisiones y demás tienen la capacidad de normalizar la situación en el sentido de volver a abrir el grifo del crédito, nos parece bien", asegura el responsable de la CNC.

Aunque la exposición al inmobiliario no es la misma para todas las entidades, la carga pesa mucho. Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, lidera las listas al finalizar 2011 con un volumen de créditos al sector de 38.259 millones, seguida del Banco Santander (31.994 millones), el Banco Popular (22.800), BBVA (21.872) y CaixaBank (20.075).

Para confirmar este luto sólo hay que acudir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para comprobar que la deuda de las cinco grandes del ladrillo (más de 19.000 millones) es más que lo que el Estado debe a sus proveedores, mientras que las seis grandes de la construcción ganaron un 46 por ciento menos en el primer trimestre.

No sólo Parra es pesimista en cuanto al futuro, también el responsable de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE), José Manuel Galindo, teme el recorte del crédito. "Muchas cooperativas se han visto obligadas a echar el cierre por el fin del crédito al promotor", denuncia.

Pero Quemada insiste en que cuando el sector financiero finalice su reestructuración, es muy probable que las entidades se interesen en financiar proyectos viables que aligeren las provisiones de sus balances al contar con productos finalistas "más líquidos", y que el negocio inmobiliario se reactive con el desarrollo de nuevos proyectos.

Manuel Santos, el director del Departamento Capital Markets de AOS Studley, entiende que la reforma financiera tiene que tender a facilitar el crédito, pero no sólo por la vía del aprovisionamiento, "sino también por la de la mera venta y desinversión de activos a precios de mercado actual, con sus consiguientes minusvalías."

En Jones LangLasalle, el director del área residencial, Carlos Ferrer-Bonsoms, no duda de que "el caso Bankia va a tener (ya lo estamos viendo) un efecto de desconfianza en Europa de toda la banca".

En cuanto a la posible creación de un banco malo que desenladri-lle el sector, Jesús Mateo lo apoyaría, "pero siempre y cuando que a estos activos valorados se le aplique un gran descuento para en el caso de aquellos que pudieran ser vendidos se hagan líquidos y, sobre todo, para que las entidades puedan desconsolidar de su balance el ladrillo". Muchas deudas y, sobre todo, demasiadas dudas.