Latinoamérica, única región mundo donde empleo precario creció pasada década
Marta Hurtado
Ginebra, 6 mar (EFECOM).- Latinoamérica fue la única región en el mundo donde el empleo vulnerable creció en los últimos diez años, y el incremento de esa precariedad laboral fue mayor paras las mujeres que para los hombres, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Así lo afirmó Dorothea Schmidt, autora del informe, en rueda de prensa en Ginebra, quien señaló el porcentaje de personas empleadas en condiciones precarias aumentó de 31,4% en 1997 al 33,2% en 2007.
La proporción aumentó para ambos sexos, pero el incremento fue mayor para las mujeres, dado que ascendió del 30,1% al 32,7%.
Estos empleos precarios fueron creados en el sector servicios, que es precisamente, donde se crearon la mayor parte de los puestos de trabajo en la última década en la región.
Cerca de la cuarta parte de las mujeres que trabajan en la región lo hace por cuenta propia, pero "lo más probable es que estas mujeres ofrezcan servicios en el sector informal, donde los ingresos pueden ser diferentes en el día a día y donde la falta de sistemas de apoyo social las hace más vulnerables a las variaciones del mercado", reza el informe.
Por su parte, Schmidt explicó que las latinoamericanas trabajan mayoritariamente en el sector servicios "porque el manufacturero no crece lo suficiente como para crear suficientes empleos".
"En los últimos 5 años, en términos de productividad per cápita Latinoamérica no hizo un buen papel, fue sólo un aumento del 1,8 por ciento respecto al 5,6 por ciento de Asia, por lo que es muy difícil crear empleos regulares para una población creciente", agregó.
Además, la economista señaló los "aun menores niveles educativos de las mujeres frente a los hombres", como otro de los determinantes para que las féminas absorban empleos precarios.
Los datos del 2007 reflejan que el 64,6% de las latinoamericanas son trabajadoras remuneradas y asalariadas, el 25,5% son trabajadoras por cuenta propia, el 7,1% son trabajadoras familiares auxiliares y solo el 2,7% son empleadoras.
Una negativa tendencia que se agudizó a causa de que durante el mismo periodo de tiempo, la proporción de mujeres en trabajo remunerado y asalariado disminuyó al 64,6 por ciento.
"Es preocupante que el empleo remunerado y asalariado represente una proporción menor del empleo total que diez años atrás", agrega el texto.
Esta negativa tendencia, contrasta con las cifras globales de empleo, dado que la participación de las mujeres latinoamericanas en el mundo laboral aumentó del 47,9 por ciento en 1997 al 52,9 por ciento en el 2007.
Lamentablemente, la tasa de desempleo femenino en la región (10,9%), sigue siendo considerablemente mayor que la de los hombres (6,09%).
Uno de los aspectos positivos del informe es que la brecha de género entre personas económicamente activas se redujo, no sólo por el mayor acceso de mujeres al trabajo, sino por un descenso de las tasas de participación de los hombres en el mundo laboral.
Un descenso, que los expertos de la OIT explican por la mayor tendencia de los hombres latinoamericanos a permanecer más años estudiando antes de integrarse plenamente en el mercado laboral.
El informe de la OIT augura un futuro negativo en Latinoamérica dado que "las altas tasas de desempleo femenino y la gran cantidad de mujeres que tienen empleo vulnerable en servicios de baja productividad son indicadores de un futuro inestable para las perspectivas económicas de las féminas".
Porque, según la organización internacional, cuando los empleos no son atractivos, las mujeres pueden desalentarse y no querer participar del mercado laboral.
En el mundo en general, los expertos de la OIT ven "una modesta mejora", tanto en los ratios de crecimiento del acceso al empleo de las féminas, como de la disminución de la brecha de género entre personas económicamente activas.
El número de mujeres que participan del mercado laboral en el mundo aumentó en la pasada década un 18,4 por ciento, sin embargo, más de la mitad de las trabajadoras tienen empleos vulnerables, y hay menos de 70 mujeres económicamente activas por cada 100 hombres.
El número de mujeres desempleadas pasó de 70,2 millones a 81,6, y la tasa de desempleo femenino en el 2007 fue del 6,4%, mientras que la de los hombres fue del 5,7%.
Asia Oriental fue la región del mundo donde se registró la mayor tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral y las menores tasas de desempleo femenino. EFECOM
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