Energías renovables: un componente clave de la estrategia energética de EEUU
Por Jean-Louis Santini
'Las energías renovables nos ayudan a construir un nuevo futuro energéticamente más limpio, más duradero, más barato, más seguro y menos dependiente de los carburantes fósiles', destacó el lunes pasado el secretario de Energía Samuel Bodman.
Su intervención tuvo lugar el primer día de la tercera conferencia ministerial sobre energías renovables, organizada por el gobierno estadounidense y auspiciada por grandes grupos como British Petroleum, General Electric, Chevron o General Motors.
La conferencia reunirá hasta este jueves a diversos representantes ministeriales de varios países, como Alemania, Japón, China y Brasil, así como empresas y organizaciones no gubernamentales.
'Debemos por lo tanto continuar agresivamente con el desarrollo de energías renovables y su despliegue (...) y todos los países deben comprometerse en ese esfuerzo', añadió Bodman. Estas energías representan hoy únicamente 6% del consumo total estadounidense.
'La verdad -insistió Bodman- es que la mejora de nuestra seguridad energética y la lucha contra el calentamiento del planeta están entre los desafíos más urgentes de nuestra época'.
El secretario de Energía también apuntó, citando estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, que las necesidades energéticas aumentarían 50% de aquí a 2030.
Reconociendo que Estados Unidos tardó en adoptar las energías renovables, el subsecretario de Agricultura para el desarrollo rural Thomas Dorr, destacó que el país se puso al día desde 2000.
'Estados Unidos se convirtió en uno de los principales productores mundiales de energías renovales', destacó Dorr, multiplicando por siete la producción de energía eólica desde el 2000 y por cuatro la de etanol para ese mismo periodo.
En cuanto a los biodiésel, la producción estadounidense pasó de una cifra irrisoria a 1.660 millones de litros a fines de 2007, justo detrás de Alemania.
El departamento de Energía anunció más de 1.000 millones de dólares de inversión en 2007 para dinamizar el crecimiento de una industria de biocombustible, principalmente para explotar el vasto potencial de los biocombustibles celulósicos derivados de desperdicios agrícolas y forestales, más que de cultivos destinados a la alimentación, precisó Bodman.
Las energías renovables 'abrirán nuevos horizontes a la producción industrial, a los intercambios comerciales y a las innovaciones tecnológicas, lo que acelerará el crecimiento económico', declaró el número dos del departamento de Estado norteamericano, John Negroponte, durante esta conferencia, en la que el presidente George W. Bush debe intervenir este miércoles.
'Todos los resultados positivos beneficiarán a los países en vías de desarrollo y esto sin un impacto negativo sobre el medioambiente', añadió Negroponte.
Aunque parece haber suavizado su postura, el gobierno de Bush sigue mostrándose hostil a una reducción forzada para Estados Unidos de las emisiones de gases de efecto invernadero, que considera económicamente nefasta.
Washington preconiza un acercamiento voluntarista basado en las energías renovables y limpias gracias a la innovación tecnológica así como a incitaciones y ayudas para que los países menos desarrollados también puedan beneficiarse de ello.
De esta forma podrán, según Washington, enfrentarse a sus necesidades de energía sin afectar su desarrollo, reduciendo a la par su consumo de combustibles fósiles.
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AFP/tg
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