Llega el momento de la verdad para Monti, ante los sindicatos
Cuatro meses después de que fuera sacado de un semiretiro académico para rescatar a Italia de una crisis de deuda al estilo griego, el ex comisario europeo se sienta a las 3:30 p.m. (14:30 GMT) en una mesa para tratar de debilitar la defensa de los líderes sindicales sobre las apreciadas protecciones legales de los trabajadores que contribuyen a unas tasas de empleo crónicamente bajas y un mínimo crecimiento económico.
Monti, que cumplió 69 años el lunes, ya ha sido aclamado dentro y fuera del país por adoptar medidas donde su predecesor, el multimillonario Silvio Berlusconi, había ofrecido, a los ojos de muchos, sólo retórica y distracción.
Encabeza del Gobierno de tecnócratas instalado con el visto bueno de la Unión Europea - y los acreedores italianos-, Monti ya ha forzado un paquete de austeridad de 33.000 millones de euros para tratar de detener el deterioro de las finanzas públicas. Ha obligado a los italianos a aceptar profundos recortes en las provisiones de pensiones y ha implantado una serie de regulaciones en los servicios empresariales.
Pero, para muchos, Monti, que ha hecho de la reforma laboral una prioridad de su Gobierno, afronta el primer gran momento de la verdad el martes cuando trate de cumplir la promesa de lograr un acuerdo sobre las reformas del mercado laboral.
Si no consigue persuadir a los líderes sindicales, que temen haber cedido ya demasiado en un ambiente de emergencia nacional, podría suponer la llegada de huelgas y problemas en el seno de la coalición de Monti, compuesta por miembros de todo el espectro parlamentario.
El primer ministro ha prometido presionar con las reformas de cualquier modo, poniendo como fecha límite el final del mes para tratar de lograr un compromiso factible. Y pase lo que pase el martes, probablemente los argumentos perduren.
La reunión es seguida de cerca por los inversores, que lo consideran un indicador de lo lejos y lo rápido que puede llegar Monti.