Golpe de BBVA: reabre el mercado de deuda al captar 750 millones
El día después de que la Unión Europea intentara sembrar dudas sobre la situación de la gran banca española con las exigencias de capital, uno de los afectados, BBVA, dio un golpe de efecto para demostrar su capacidad.
La entidad consiguió captar en el mercado 750 millones de deuda de buena calidad y dio por cerrada el mayor periodo de sequía de liquidez para las entidades españolas. Desde mayo, ningún grupo había logrado acceder a los inversores mayoristas para obtener recursos, con los que atender sus vencimientos y su actividad diaria. Es más, alguno había tenido que echarse para atrás en sus intenciones con alguna operación.
BBVA, para dar este golpe de efecto, ha tenido que pagar mucho más que la última vez que colocó bonos senior -los de máxima calidad-. La entidad ofreció unos intereses con un diferencial de 250 puntos básicos sobre el tipo de referencia midswap, frente a los 180 puntos en la emisión de abril.
Con el objetivo de reducir estos intereses, la entidad se conformó con este importe de captación. El objetivo era recabar unos 1.000 millones.
Los bonos, que fueron comprados ayer por 118 inversores institucionales, vencen dentro de año y medio.
La apertura del mercado coincide en un momento de relajación de la tensión por el pacto alcanzado por los diferentes gobiernos para salvar el euro, que ha rebajado la prima de riesgo española.
Oportunidad para el resto
Otras entidades, como el Santander, el Popular y La Caixa, están preparados para aprovechar esta ventana y poder aumentar el colchón de liquidez.
La sequía no ha sido solo para la banca española. La europea no ha colocado deuda en todo el verano, y sólo Deutsche Bank se atrevió con una emisión a tipo variable en septiembre.
Ante el cerrojazo del mercado las entidades han tenido que buscar financiación por otros medios y el BCE se ha visto obligado a implementar medidas extraordinarias para surtirles de liquidez.
Una de las vías que han encontrado ha sido la apelación a la fuente del organismo regulador, al que las entidades españolas han disparado sus solicitudes de préstamos. Así, mientras que en junio los créditos del BCE a la banca de nuestro país se situaba en menos de 50.000 millones, en septiembre ya superaba los 70.000 millones.
Como alternativa a este recurso, han reactivado la guerra por los depósitos y, sobre todo, han incorporado a esta batalla por el dinero en las sucursales un nuevo producto, los pagarés. Han tenido que elevar los intereses que pagan, a más del 3,5 por ciento, para atraer a la clientela y obtener fondos.
El problema principal al que se enfrenta el sector es la abultada cantidad de vencimientos de deuda fijados para el próximo año. Según las estimaciones de Bloomberg, en 2012 las entidades españolas tendrán que afrontar unos 103.000 millones de euros, buena parte de ellos avalados por el Estado. En el caso de BBVA, sus compromisos son de 11.000 millones.
Para 2013, las cifras son algo menos relevantes, pero también son significativas. Se calcula que los vencimientos alcancen los 70.000 millones.
La preocupación es tal que el Banco de España viene reclamado desde agosto las cifras diarias de liquidez a todo el sector, según aseguran fuentes del mercado.