Empresas y finanzas
A la tercera... Del Rivero cae tras su último asalto fallido
- El expresidente de Sacyr intentó la toma de control del BBVA y de Eiffage
Tras varios años jugando al gato y el ratón con Repsol, Luis del Rivero ha caído en su propia trampa. Después de asegurar en más de una ocasión que Antoni Brufau dejaría "antes de primavera" la presidencia de la primera petrolera española, este murciano de 62 años se ha visto obligado a dimitir de su propia empresa.
El ahora ya expresidente de Sacyr se ha terminado ahogando en el río de su obsesión por hacerse con el control de las principales empresas del mundo, objetivo que persigue desde que llegó a la presidencia de la constructora en 2004 y se lanzó a la conquista de BBVA.
Del Rivero, ingeniero de Caminos Canales y Puertos por la escuela técnica Superior de Santander, se ha convertido en uno de los ejecutivos más relevantes de la construcción que posiblemente sea recordado por sus intentos fallidos de tomar el control de la entidad que preside Francisco González, de la inmobiliaria Eiffage o de la petrolera Repsol que por sus grandes logros empresariales: la adjudicación del Canal de Panamá, una de las mayores obras de ingeniería del mundo, y la construcción del puente de Messina en Italia, una de las obras más importantes de Europa.
Al abordaje
En 1986, Luis del Rivero puso la primera piedra de la que sería una de las principales constructoras de España junto a sus compañeros de trabajo en Ferrovial Jose Manuel Loureda, Manuel Manrique y Javier Gayo. Trabajador infatigable -en la crisis de cercanías de Barcelona no dudó en ponerse el casco para ir a dirigir las obras en la Ciudad Condal- Del Rivero estuvo en la sombra hasta que en 2003 fue nombrado consejero y vicepresidente.
Su primer paso en la cúpula fue promover la fusión con Vallehermoso, una inmobiliaria de la que Sacyr compró el 21% en 2002. De esta unión nació el actual Sacyr Vallehermoso, una de las mayores empresas constructoras de España, perteneciente al grupo de las seis grandes constructoras (junto con ACS, Ferrovial, FCC, Acciona y OHL).
No fue hasta noviembre de 2004 cuando fue nombrado presidente del grupo y dio el primer paso en su proyecto de hacerse con el control de alguna gran empresa. Todo empezó con un comunicado a la CNMV a finales de noviembre de 2004. Informó al mercado de su intención de hacerse con el 5% de BBVA. Esta carta fue el detonante de un guerra que se alargó hasta febrero de 2005 y que terminó con la derrota de Sacyr que tras la oposición del Gobierno, la CMNV y el presidente de la entidad financiera, se vio obligada a renunciar al 3,1% que adquirió a su intención de designar a cinco consejeros en el banco, cuyo consejo estaba integrado entonces por 16 miembros. De este operación, la constructora murciana Sacyr se llevó una plusvalía de 150 millones de euros.
Pese a este primer intento fallido, Del Rivero volvió a la carga, pero esta vez cruzó los Pirineos. Al mismo tiempo que deshacía posiciones en el banco, la constructora preparaba el abordaje en la inmobiliaria francesa Eiffage. En 2006 se hace con una participación en el grupo francés de construcción y concesiones Eiffage, que eleva hasta el 33,3%. Pese a ostentar esta porción sustancial del capital, la dirección de la empresa gala no permitió nunca a Sacyr participar en la gestión, lo que abrió una guerra en los tribunales.
Esta aventura, también fallida, le ha perseguido hasta el año 2010, cuando presidente y compañía fueron multados por la Autoridad de mercados Financieros (AMF) de Francia por no haber declarado el incremento de esta sociedad. La comisión gala les impuso una sanción de 100.000 y 300.000 euros, respectivamente, por falta de transparencia a la hora de intentar hacerse con parte del capital de la empresa.
Asalto a Repsol, tocado y hundido
"Doy la bienvenida a Luis del Rivero y Juan Abelló en el consejo de Repsol y agradezco la confianza depositada en la empresa por estos dos brillantes empresarios". De esta frase pronunciada por Antoni Brufau en 2006 ha pasado mucho tiempo y muchos enfrentamientos. Hace cinco años Sacyr firmó una hipoteca de unos 5.000 millones de euros para hacerse con el 20% de una de las mayores petroleras del mundo y que le ha hecho enfrentarse con la cúpula de la compañía en más de una ocasión por la política de dividendos, esencial para que pudiera hacer frente a un prestamo que ahogaba a la compañía.
Después de muchos dimes y diretes, pactos parasociales con Pemex y un auténtico intento de tomar la presidencia de la petrolera incluido, Del Rivero ha salido quemado.
En este sentido, el ex presidente de Sacyr llegó incluso a plantearse la posibilidad de lanzar una oferta de compra por Repsol, pero no logró la financiación necesaria al no concitar la confianza suficiente en el mercado, ni en su gestión. Incluso varios informes de analistas mostraron su férrea oposición a una hipotética toma de la presidencia por parte de Luis del Rivero.