Empresas y finanzas

Lakshmi Mittal, coronado como nuevo rey del acero



    Londres, 25 jun (EFECOM).- Con el acuerdo de fusión entre Mittal y Arcelor alcanzado hoy, el presidente del grupo anglo-indio, Laskhmi Mittal, se ha convertido en el nuevo rey del acero.

    El acuerdo es considerado como una importante victoria personal del empresario, quien en los últimos meses se ha mantenido firme en su objetivo de unir su suerte a la de Arcelor para crear el mayor productor de acero del mundo, con una producción tres veces superior a la de su rival más próxima.

    Y eso pese a los desaíres del grupo europeo, que llegó el pasado 26 de mayo a anunciar su fusión con el grupo ruso Severstal, con la que crearía un líder mundial del acero, para evitar la opa hostil de la anglo-india.

    Para lograr su objetivo Mittal, de 55 años, ha tenido que incrementar la oferta en dos ocasiones y aceptar reducir su participación en la empresa resultante, Arcelor Mittal.

    Ahora pasar a estar al frente de la nueva compañía, que permitirá a una sola empresa producir el 10 por ciento de todo el acero que se consume en el mundo.

    Nacido en la India, Lakshmi Mittal cuenta con una fortuna valorada en 25.000 millones de dólares que le sitúa entre los hombres más ricos del mundo.

    El dinero forma parte incluso de su nombre: su padre le llamó Lakshmi en honor a la diosa hindú de la riqueza y la prosperidad.

    El hasta ahora presidente y director ejecutivo de Mittal Steel, la primera del mundo en el sector del acero, comenzó su carrera muy joven, en los primeros años de la década de 1970, en la empresa familiar que su padre tenía en la India.

    Mittal-Steel, con sede en Holanda, es el resultado de varias décadas de adquisiciones llevadas a cabo por el empresario tanto en América como en antiguos países comunistas del Este de Europa.

    En la actualidad, la compañía es la mayor productora de acero del mundo y tiene sucursales en catorce países, entre ellos Rumanía, Polonia, Sudáfrica, Indonesia, Bosnia-Herzegovina, Kazajistán y Estados Unidos.

    Mittal es conocido en el Reino Unido no sólo por sus negocios, sino también por su vida personal algo extravagante y su influencia política.

    Vegetariano y aficionado al yoga, su majestuosa casa en los jardines londinenses de Kensington apareció en la portada de los periódicos por ser, supuestamente, la vivienda más cara jamás comprada, por la cantidad de 128 millones de dólares.

    Se trata de una lujosa mansión de doce habitaciones situada junto al palacio de Kensington y la residencia en la capital británica del sultán de Brunei, con garaje para veinte coches, baños turcos, salón de baile, una galería de arte y una piscina elaborada con joyas.

    El multimillonario también dio de qué hablar en el 2004 al pagar 60 millones de dólares por la boda de su hija, Vanisha, considerada la más cara del mundo, que se celebró en el palacete francés del siglo XVII Vaux le Vicomte.

    Su relación con la política tampoco ha estado exenta de polémica.

    En el 2002 el magnate estuvo implicado en un escándalo bautizado por la prensa como "Mittalgate", por las sospechas de que el primer ministro británico, Tony Blair, había intercedido en su favor en un trato empresarial con el Gobierno rumano para agradecerle una generosa donación al Partido Laborista.

    El año pasado se anunció que Mittal había donado dos millones de libras a esa formación (3,4 millones de dólares).

    El año pasado la revista estadounidense Forbes le nombró el tercer hombre más rico del mundo, por detrás de Bill Gates y de Warren Buffett.

    Como ambos son estadounidenses, Mittal es además el hombre más rico de Europa, y hace dos años la revista Fortune le consideró el empresario europeo del año. EFECOM

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