Empresas y finanzas

Grecia se prepara para una huelga que prevé paralizar el país



    ATENAS (Reuters) - Grecia afronta una prueba crucial esta semana, cuando se prevé que gran parte del país se paralice en una huelga de 48 horas que llegará a su punto álgido el jueves, cuando el Parlamento vote un paquete de medidas de austeridad que demandan los acreedores internacionales.

    Los dos principales sindicatos griegos, que representan a la mitad de los cuatro millones de trabajadores, han prometido llevar a cabo una de las mayores huelgas desde que comenzó la crisis hace dos años, afectando a los suministros de alimentos y combustible, el transporte y con servicios mínimos en los hospitales.

    El primer ministro, Georgios Papandreu, muy perjudicado en las encuestas, ha desafiado a los manifestantes, prometiendo impulsar un paquete profundamente impopular que incluye subida de impuestos, recortes salariales y de pensiones, despidos y cambios en los convenios colectivos.

    Se prevé que su mayoría de cuatro escaños sea reforzada por el apoyo de partidos opositores más pequeños, pero al menos dos miembros del partido del gobierno PASOK pueden oponerse a parte de las medidas cuando se convoque la votación, probablemente en dos partes el miércoles y jueves.

    Mientras los líderes de la UE se apresuran a preparar un nuevo rescate integral a tiempo para la cumbre del 23 de octubre, el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, dijo que era la semana "en la que se decidirán muchas cosas, quizá todo".

    Atrapada en una profunda recesión y ahogada por una deuda pública equivalente a un 162 por ciento del Producto Interior Bruto, Grecia ha estado fuera de los mercados de bonos y podría quedarse sin dinero en unas semanas sin el apoyo internacional.

    Muchos economistas creen que Atenas no puede evitar un impago de su deuda, pero en una entrevista publicada el domingo, Papandreu dijo que una suspensión de pagos sería una "catástrofe" para Grecia.

    Los inspectores de la UE y el Fondo Monetario Internacional estuvieron en Atenas la semana pasada y han recomendado entregar un tramo de ayuda de 8.000 millones de euros para permitir que el Gobierno continúe pagando sus deudas pasado noviembre.

    Eso sólo será un alivio temporal y los inspectores instaron al Gobierno de Papandreu a impulsar nuevas medidas de austeridad, que se suman a lo que ya son los recortes más profundos desde la Segunda Guerra Mundial en Grecia.

    Aún están frescos los recuerdos de los violentos enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los manifestantes contrarios a la austeridad en junio, y la policía estará preparada para intervenir ante cualquier señal de problemas durante las huelgas de esta semana.

    "Somos totalmente conscientes de los enormes cambios en la vida de la gente y los problemas que supone la crisis económica para los servicios públicos", dijeron ministros de salud, educación y transporte en un comunicado conjunto en su web.

    "Pero o hacemos todo ahora o afrontamos un desastre", dijo, pidiendo unidad a todos los diputados del PASOK.

    "Obstruir las operaciones del estado en sectores sensibles es un intento de empeorar las condiciones y minar la lucha en la que está enzarzado el país y sus ciudadanos".