Empresas y finanzas

Total y Repsol YPF invierten en desarrollar nuevos sistemas para extraer petróleo y gas submarino



    ¿Hasta dónde es capaz de llegar el ser humano para conseguir más petróleo? Esta pregunta parece tener una respuesta sin límites para la industria petrolífera. Sobre todo para las grandes compañías que siguen queriendo llegar más lejos en la búsqueda de ese oro negro tan necesitado por unos y tan perseguido por los que le culpan de los males que padece nuestro asfixiado planeta.

    Ya lo adelantó con un lenguaje un poquito más cinematográfico James Cameron en su película Abyss, en la que un equipo de submarinistas de una plataforma petrolífera marina es requerido por la Marina de Estados Unidos para intentar rescatar un submarino nuclear hundido en el fondo del océano... Es precisamente en ése lugar donde la tecnología se ha unido con las multinacionales del sector petrolífero para continuar en la apuesta por esta energía en las profundidades del mar.

    A estas corporaciones tampoco les frena el actual incremento del precio del barril del petróleo, que inició el año superando la barrera de los 100 dólares. Todo lo contrario: las inversiones que realizan en buscar nuevos yacimientos acaban repercutiendo en el precio del barril internacional para rentabilizar estos proyectos multimillonarios.

    Nuevas formas de extracción de petróleo

    La última novedad en la extracción de petróleo en el fondo marino viene de la mano de la francesa Total. A finales del año pasado, la compañía puso en marcha su tercer proyecto submarino localizado en la plataforma petrolífera que gestiona en Angola. Se llama Pazflor y se suma a los proyectos de offshore (equipos para plataformas de extracción de crudo en mar abierto) Girassol y Dalia que dispone en las aguas del país africano.

    El proyecto Pazflor comenzará la extracción de petróleo y gas en 2011. Este diseño de Total opera en profundidades que oscilan desde los 600 a los 1.200 metros sobre una superficie en un fondo marino de 600 kilómetros cuadrados. "La novedad en cuanto a la extracción de petróleo submarino respecto de las técnicas actuales es que conseguimos separar el gas líquido extraído en el fondo del mar y el petróleo antes de que el combustible bruto suba a la superficie y sea almacenado en los barcos cisterna", comenta a elEconomista un portavoz de Total en París.

    La plataforma submarina Pazflor estará alimentada por 49 pozos y tendrá una capacidad de extracción mediante bombeo de 200.000 barriles de crudo y en 2011 prevé alcanzar los 700.000 barriles.

    Una inversión faraónica

    La inversión de Total en las tres plataformas de extracción submarina que tiene en Angola (donde comparte la gestión con StatoilHydro, Esso y British Petroleum) supera los 12.000 millones de dólares (8.100 millones de euros). Sólo en África, el grupo petrolífero francés obtiene el 30 por ciento de sus reservas, o lo que es lo mismo, 11.000 millones de barriles. "Uno de los factores que en cierta forma contribuye a aumentar el precio del barril de crudo es la necesidad de repercutir nuestras inversiones millonarias en tecnologías que nos permitan encontrar nuevos yacimientos", reconoce el mismo portavoz de Total.

    La multinacional justifica sus investigaciones (está experimentando para llegar a los 4.000 metros de profundidad) por la "necesidad imperiosa de usar como energía el petróleo ante la fuerte demanda de economías emergentes como China, India, África y Latinoamérica". La hispanoargentina Repsol YPF también explora yacimientos submarinos en el Golfo de México y, sobre todo, frente a Brasil junto con la petrolera brasileña Petrobras.

    Repsol también apuesta fuerte

    En su tarea de buscar nuevos yacimientos submarinos, Repsol YPF ha desarrollado el Proyecto Caleidoscopio, que utiliza uno de los superordenadores más potentes del mundo, MareNostrum, operado por el Barcelona Supercomputing Center (BSC) y equipado con procesadores IBM.

    Caleidoscopio supone un avance en el desarrollo de la tecnología geofísica. Mejora las posibilidades de análisis e interpretación de los datos que se obtienen al realizar la sísmica, lo que aumenta la probabilidad de encontrar nuevas reservas de hidrocarburos y mejorar la explotación de las ya existentes. Con esta tecnología se pueden descubrir, de manera eficaz y rentable, reservas de petróleo y gas situadas en zonas profundas y geológicamente complejas que hasta ahora habían sido invisibles para las técnicas tradicionales.