Francia, Bélgica y Luxemburgo acuerdan un rescate a Dexia
El primer ministro francés, François Fillon, su homólogo belga, Yves Leterme, y Luc Frieden, ministro de Finanzas de Luxemburgo, donde DEXIA (DX.PA)(DEXB.BR)posee una gran presencia, encontraron una solución para el atribulado banco francobelga, según indicó el despacho de Leterme el domingo por la tarde.
"Los gobiernos (...) han confirmado su solidaridad para hallar una solución destinada a asegurar el futuro de Dexia", afirmó un comunicado emitido por el despacho del primer ministro interino de Bélgica, tras dos horas de conversación en el palacio Egmont en Bruselas, donde también se discutió el rescate anterior de Dexia en 2008.
"La solución sugerida, que también es el resultado de intensas consultas con todos los socios involucrados, será presentada al consejo de Dexia para su aprobación", agregó sin dar más detalles.
El directorio del Dexia se reunía a las 13:00 GMT en Bruselas. El banco se vio obligado a pedir ayuda gubernamental esta semana después de que una restricción de liquidez afectara al prestamista y rebajara el precio de sus acciones en un 42 por ciento la semana pasada.
En las conversaciones está en juego cuánto contribuirá cada Gobierno para aliviar a Dexia, un tema polémico dado que Bélgica y Francia combaten con sus ya abultados déficits.
La necesidad de recapitalizar a los bancos está emergiendo como otra fuente de tensión para los Gobiernos europeos, que ya tienen presupuestos estrechos.
Bélgica tenía una proporción de deuda sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de un 96,2 por ciento el año pasado, superada sólo por Grecia e Italia y a la par de la rescatada Irlanda.
El peso de rescatar a Dexia llevó a la agencia calificadora Moody's a advertir a Bélgica el viernes que la nota "Aa1" de sus bonos gubernamentales podría caer.
Las negociaciones para desmantelar Dexia, que posee una exposición global a riesgos crediticios de 700.000 millones de dólares, más del doble del tamaño del PIB de Grecia, son seguidas atentamente en busca de indicios de que Europa pudiera tomar acciones decisivas para resolver la crisis bancaria.
/Por Philip Blenkinsop y Robert-Jan Bartunek/