Las empresas extranjeras vuelven a la zona petrolera de Libia
La alemana Wintershall es la última empresa que ha enviado un pequeño grupo de trabajadores libios a una zona de campos petrolíferos, donde plantas gestionadas en colaboración con la firma estadounidense Occidental Petroleum y la canadiense Suncor Energy también están en proceso de reinicio.
El preciado crudo libio ya fluye por el desierto hacia la terminal costera de Ras Lanuf, y los trabajadores señalan que la mayor refinería del país podría empezar a funcionar en cuestión de días. Ya hay unos 300.000 barriles de petróleo procedentes de reservas acumulados en los tanques del lugar.
El personal ha ido llegando en vuelos de mercancías, pero muchos pilotos están intranquilos cruzando los cielos libios, ya que la OTAN sigue manteniendo el cierre del espacio aéreo.
Pese a todo, se espera una rápida recuperación.
"Nos estamos preparando para traer de vuelta a todos los empleados, nada se ha dañado aquí", dijo el director general del campo de Amal, Saad Ali Eshiem.
Pero el miedo a los ataques sigue presente, y muchos libios son reacios a dejar la seguridad de sus ciudades para ir a remotos puntos al sureste de Sirte, donde prosiguen los combates, y pocos trabajadores extranjeros han vuelto.
Las plantas están trabajando con una fracción de su personal de antes de la guerra, y los pequeños equipos desplegados dicen que sin la ayuda de sus compañeros, la producción alcanzará como mucho el 50 por ciento de la capacidad total.
El flujo de petróleo depende también de la situación de pozos y conducciones que no se han utilizado en ocho o nueve meses.
Las empresas extranjeras con las que Reuters se puso en contacto declinaron decir cuándo volverían a desplegar trabajadores en los campos cerca de Jajira.
La canadiense Suncor dijo la semana pasada que es demasiado pronto para hacer comentarios sobre las operaciones en el campo de Amal, que poseen a medias con la bengasí Agoco, mientras que Occidental declinó hacer comentarios sobre el campo de Nafoora, que también se está reiniciando y antes producía 70.000 barriles por día (bdp).
MIEDO
Las plantas petrolíferas están en alerta, y siguen patrulladas día y noche por hombres armados con rifles AK-47, mientras camionetas con ametralladoras pesadas patrullan las zonas cercanas.
Los combatientes leales al gobierno interino libio siguen luchando por controlar algunas áreas en el centro del país, y podrían pasar meses hasta que los trabajadores del sector petrolero bajen la guardia y regrese el resto del personal.
Mientras que en otras zonas, como las plataformas marinas de la francesa Totaly las bases que tiene más al este la empresa italiana de gas y petróleo Eni también ha reiniciado sus operaciones las exportaciones libias apenas están entrando de nuevo en el mercado mundial.
El cuarto productor del norte de África exportaba 1,3 millones de bpd antes de la guerra, y desde que se reanudó la producción en septiembre sólo ha vendido una pequeña parte de eso.
El viernes, el país miembro de la OPEP vendió su cuarto cargamento de crudo al grupo energético austriaco OMV y la refinadora suiza PetroPlus.
Y aunque las empresa han retomado con brío las operaciones en las plantas que escaparon relativamente indemnes a la guerra, otras ya han señalado que sufrieron grandes daños, mientras que otros campos siguen siendo demasiado peligrosos para inspeccionarlos.
Esta semana, Reuters informó de que un ingeniero había encontrado en ruinas el mayor campo petrolífero de Eni en Libia, conocido como Elefante, después de ofrecerse voluntario para inspeccionar el lugar con un escuadrón de hombres armados.