Lisboa inaugura la línea de metro más complicada de su historia
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Mario Lino, justificó el retraso debido a la necesidad de construir un nuevo túnel en el interior del originalmente previsto y admitió que los costes superaron en 40 millones de euros los 210 millones que habían sido presupuestados en el año 2000.
La nueva línea de metro, que alarga en dos estaciones una ya existente, pasa muy cerca del río Tajo y cuando las máquinas excavadoras comenzaron su trabajo, en junio de 2000, causaron un gran deslizamiento de tierra y las aguas del río entraron en el túnel.
La súbita inundación de agua y lodo hasta puso en peligro la emblemática Plaza de Comercio de la capital portuguesa, donde se encuentran varios ministerios.
El primer ministro de Portugal, José Sócrates, que presidió la ceremonia de la inauguración, dijo que la nueva línea que representa "una obra muy importante" para la ciudad, porque sirve de conexión para el transporte ferroviario, el metro y el transporte fluvial.
La nueva línea pasa muy cerca de los muelles de los que parten los barcos que atraviesan el río y transportan a diario a decenas de miles de personas que viven en la margen sur del Tajo y trabajan en la capital.
Según el presidente del Metropolitano de Lisboa, Joaquim Reis, la nueva línea de metro contribuirá además a cumplir con las metas del Protocolo de Kioto "al evitar una emisión de 3.000 toneladas de CO2 a la atmósfera".
Con la nueva línea ampliada el Metropolitano de Lisboa cuenta con un total de cuatro y 50 estaciones para dar servicio a una ciudad de medio millón de habitantes en la que se calcula que trabaja otro millón más. EFECOM
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