Empresas y finanzas

Suspenso! Irregularidades fiscales y deuda oculta en la Politécnica de Madrid

    Universidad Politécnica de Madrid . Facultad de Aeronautica. <i>Imagen: Guillermo Rodriguez</i>


    La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) podría enfrentarse a un escándalo financiero sin precedentes en su historia reciente. La Cámara de Cuentas autonómica ha fiscalizado las cuentas del ejercicio 2008 y el informe, publicado ahora, ha hecho saltar todas las alarmas en el Gobierno de Esperanza Aguirre.

    Hay deuda oculta, facturas sin IVA, irregularidades en la retención del IRPF de su plantilla, gastos sin justificar y adjudicaciones a dedo, en las que se está vulnerando la Ley de Contratación de Servicios Públicos al no haberse convocado un concurso previo.

    Pero no sólo es eso. El tribunal de cuentas regional, que ha fiscalizado las cuentas por iniciativa propia, asegura además que, debido a los deficientes procedimientos de control en sus operaciones, gran parte de los datos facilitados por la universidad, y recogidos en sus cuentas, no son fiables, por lo que no puede pronunciarse sobre la veracidad de los mismos.

    Estas presuntas irregularidades resultan especialmente graves porque la Universidad Politécnica contó en 2008 con un presupuesto de 425 millones de euros, un 7,87 por ciento más que un año antes. Y sus balances no están ni mucho menos claros.

    Deuda bajo sospecha

    La Cámara de Cuentas asegura, por ejemplo, que "existe deuda sin reconocer en la contabilidad por anticipos y préstamos concedidos que se registraron inicialmente como ingresos sin tener en cuenta su carácter de reintegrable", cuyo importe no se ha podido cuantificar. En las cuentas de ese ejercicio, la Politécnica reconocía un pasivo financiero por 25 millones, un importe que queda ahora en duda.

    La fiscalización se ha encontrado con numerosas trabas, entre otras razones, porque hay facturas, que según la propia UPM han sufrido un "traslado" de imputación de un proyecto a otro o, incluso han desaparecido del que inicialmente se asignaron "sin dejar ningún rastro". Y por si fuera poco, hay emisiones y anulaciones de facturas sin control que permiten traspasar ingresos entre ejercicios sin justificación real, además de "duplicidades en el reconocimiento de los derechos porque la factura de anulación se emite después (en el ejercicio siguiente) de la nueva emisión".

    Problemas con Hacienda

    El problema es que todo ello deriva en irregularidades con el fisco. "Hay ocasiones en las que añadir o no el IVA a la facturación de un proyecto depende tan sólo de la orden del investigador", dice la Cámara, que exige por ello a la Universidad implantar un sistema de control de los ingresos y pagos. Y es que las anomalías, al menos en cuanto al fisco se refiere, son una constante. Al margen de no incluir el IVA en algunas facturas, se señala también las cifras deducibles se han sobrevalorado, "con la consiguiente repercusión a la hora de realizar la liquidación a la Hacienda Pública".

    Asimismo, al realizar el cálculo de los tipos de retenciones de IRPF que corresponden, según la normativa fiscal, al personal de plantilla de la UPM sólo se tienen en cuenta las cantidades que se les abonan en las nóminas ordinarias, y no las que se pagan por su participación en otros proyectos, contratos o convenios. La UPM declinó ayer hacer ningún comentario al respecto sobre ésta o cualquier otro anomalía. No obstante, en el informe se asegura que el departamento de nóminas de la Universidad, que gestiona tanto el pago de las mismas como las retenciones fiscales y de seguridad social, desconoce oficialmente cualquier dato sobre el personal contratado.

    No resulta extraño teniendo en cuenta que las retribuciones individuales no están fijadas con arreglo a ningún módulo o tabla salarial, que la contratación de personal específico para proyectos de investigación se realiza sin el procedimiento público establecido en toda Administración Pública, y que se realizan pagos por trabajos realizados sin más justificación que la orden del director del proyecto, siendo en muchos casos la misma persona el preceptor y el firmante del escrito. "No se aplica ningún baremo ni escala", dice la Cámara.