Barclays destina más de 340 millones a sanear sus negocios en España
Barclays España es hoy una entidad más sana que hace seis meses. La filial española del gigante británico ha puesto su empeño en ello y un total de 299 millones de libras (en torno a 342 millones de euros, al cambio actual) para lograr ese objetivo.
Según las cifras facilitadas ayer por la entidad, esta cifra supone un recorte cercano al 45% de los costes destinados a saneamientos de la filial española. Fuentes de la entidad financiera en nuestro país detallaron que este ajuste en gastos se centró, principalmente, en banca corporativa.
A lo largo de este semestre, la filial española de la británica también apartó 129 millones de libras (en torno a 150 millones de euros al cambio actual) al ajuste que realizó durante el semestre en España, por el que se cerraron cien oficinas y se recortó la plantilla en torno a los 700 empleados.
La cifra, que es algo inferior a la que se barajó en un principio y que fue adelantada por elEconomista el pasado 9 de marzo, se debe en parte a que el recorte de plantilla se quedó algo por debajo de las previsiones iniciales.
Al margen de este saneamiento, también hay que recordar que el pasado mes de abril la matriz le inyectó en torno a 1.300 millones de euros para que la entidad cumpliese con los requerimientos de capital del Banco de España.
La operación se instrumentaba con dos operaciones, una primera ampliación de capital por importe de 700 millones de euros mediante la cual se compensaban créditos contra la matriz mientras que la segunda se realizaba por importe de 600 millones de euros con derecho de suscripción preferente.
Pero estas partidas, que se engloban dentro del negocio europeo del grupo británico, apenas impactaron en los beneficios de Barclays en el primer semestre, que sí se han visto golpeados hasta un tercio como consecuencia de las provisiones para afrontar las compensaciones por la mala venta de los seguros de protección de pagos.
Sin provisiones, más beneficio
El banco británico, segundo del cuarteto que publica resultados esta semana, reedita la evolución del Santander, cuya rama en las islas sufrió un recorte de beneficios como consecuencia de los planes de inversión privados. Barclays reservó unos 1.145 millones de euros, que dejaron el resultado neto en los 1.716 millones de euros, un 38,3 por ciento menos que hace un año.
Los números, sin embargo, esconden luces, puesto que, retirando el impacto de estas provisiones, los beneficios serían un 24 por ciento superiores. Un hito al que se suma la notable reducción de su exposición a la deuda tóxica. El coste cayó nada menos que un 41% debido, sobre todo, al ajustado timón a la hora de gestionar su exposición a aguas turbulentas de la eurozona, especialmente España y Portugal.
Una vez más, el catalizador ha sido la rama financiera, a pesar de que los beneficios de Barclays Capital cayeron un 9 por ciento como consecuencia de menores ingresos por las inversiones realizadas. Aún así, la estrategia para estimular el capítulo de beneficios pasa por recortar costes, lo que llevará a una oleada de 1.600 bajas este año, que se sumarán a las 1.400 ya anunciadas previamente para 2011.
Críticas del jefe
Los números, de hecho, son del agrado del consejero delegado, quien en una comparecencia telefónica ante los medios destacó la actuación del banco en un lúgubre contexto económico. Bob Diamond aprovechó, además, para subrayar que la entidad está en ruta para alcanzar los objetivos de crédito a empresas acordados con el Gobierno en el denominado Proyecto Merlín. No en vano, la idea en origen partió de su antecesor, John Varley.
Menos condescendiente se mostró Diamond, no obstante, con la propuesta de separar divisiones, un guante lanzado por la Comisión Independiente de la Banca, que el ministro del Tesoro se ha mostrado ya dispuesto a recoger.
El jefe de Barclays apuntó donde duele: la decisión tendría un impacto negativo en la provisión de crédito para la economía, un argumento que puede llevar al Ejecutivo a su terreno. Para comenzar a suavizar a sus responsables, de hecho, Diamond recurrió al elogio de la austeridad impuesta por el Tesoro, necesaria para evitar una rebaja de rating que, según él, sería especialmente letal para Reino Unido.