Empresas y finanzas

Ortega cede el trono de su imperio

    Amancio Ortega, principal accionista de Inditex, y el nuevo presidente, Pablo Isla. <i>Foto: Archivo</i>


    En un pequeño taller del pueblo gallego de Arteixo nació allá por 1963 el germen de lo que años más tarde se convertiría en el gigante de la moda exprés, Inditex.

    Un tal Amancio Ortega, pequeño empresario especializado en la venta de prendas de vestir, principalmente batas de señora guateadas, comenzaba a apuntalar las bases de un negocio con aparentemente poco recorrido. Nadie podía imaginar que cuarenta años más tarde, ese taller donde toda la familia formaba parte del proceso creativo, mutaría en la mayor compañía de retail del mundo con más de 5.000 tiendas y presencia en nada menos que 77 países.

    Ahora, ese empresario de origen leonés nacido en el 36, que ostenta la octava fortuna del mundo y primera de España con más de 26.000 millones de euros, ha decidido dar un paso a un lado para ceder el testigo de su gigantesco imperio. El elegido ha sido su delfín, Pablo Isla, que ocupa el cargo de consejero delegado de la firma desde 2005. Él se ha convertido en el hombre de máxima confianza de Amancio Ortega y será el encargado, previa aprobación hoy de su junta general de accionistas, de llevar la marca Zara a territorios todavía por conquistar.

    Las razones oficiales de la renuncia de Amancio Ortega no se han hecho públicas, pero fuentes cercanas al grupo indican que la edad del empresario ha pesado para dar el relevo a una generación más joven y profesionalizada. "Esta nueva etapa será la combinación de la juventud y experiencia, que, con responsabilidad y profesionalidad, llevan a hacer bien las cosas", decía el pasado enero el presidente de Inditex en un comunicado.

    Todo atado

    De esta manera, Amancio Ortega pasará a observar la evolución de la compañía desde la tranquilidad que ofrece la distancia, dejando a Pablo Isla la brega del día a día. Pero el dueño y primer accionista de Inditex se marcha con todo bien atado.

    Para asegurarse el compromiso a largo plazo del nuevo presidente y evitar una fuga incómoda, Isla será premiado con un jugoso bonus accionarial, equivalente a 13,7 millones de euros. De hecho, Inditex tiene previsto aprobar un plan de incentivos para su nuevo presidente consistente en un paquete de 221.264 acciones que la compañía ostenta de forma directa en autocartera. Este premio, al que se dará luz verde también hoy, no está sujeto a ninguna cláusula de permanencia ni otros condicionantes. Con los nuevos títulos que reciba, Isla contará con un 0,058% del capital de Inditex.

    Una vez ejecutado este movimiento, el sueldo de este año del nuevo presidente de Inditex superará de largo a los ejecutivos que han ocupado estos primeros puestos en los últimos años, entre los que destaca los algo más de siete millones que cobra el consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáez, o los cerca de ocho millones de euros del presidente de Telefónica, César Alierta.

    Relación con Isla

    El amor profesional que profesa Ortega a Pablo Isla tiene que ver con la evolución que ha protagonizado la compañía desde que el directivo aterrizó en la sede de Arteixo allá por 2005.

    Inditex acumula una treintena de trimestres consecutivos en crecimiento y ha visto cómo su valor casi se triplicaba en bolsa. Con una crisis del consumo de por medio, Isla y su equipo han abierto la marca Zara a nuevos países y ampliado el porfolio de cadenas con el lanzamiento de Zara Home y su próximo formato de zapatos. Además, han convertido el negocio online en la "mejor tienda de Zara en el mundo", en palabras del propio Isla y ha abierto su red cibernética a los principales mercados del Viejo Continente y Estados Unidos.

    Pero Pablo Isla no es un desconocido entre los altos despachos del entramado empresarial nacional. Tras más de cuatro años ejerciendo la jefatura en los servicios jurídicos del Banco Popular Español, ocupó el cargo de director general de Patrimonio del Estado en el Ministerio de Economía desde 1996 hasta 1998 (época en que todavía dependían de este organismo Tabacalera y Telefónica). Fue entonces cuando dio el salto definitivo a la alta dirección con su vuelta al Banco Popular como consejero general.

    Poco le duró su nuevo desempeño en la entidad financiera, ya que dos años después fue nombrado copresidente de Altadis, en sustitución de César Alierta, que fue nombrado entonces nuevo presidente de Telefónica. Isla también estaba al frente de Logista, la filial de distribución de la tabacalera. Dos años más tarde, en 2002, le designaron consejero independiente de Telefónica, compañía de la que ya había sido consejero en representación del Estado en 1996.

    Complicada labor

    Cuando en 2005 aterrizó en la compañía, a priori, su labor no iba a ser sencilla: tenía por delante el reto de hacer olvidar a José María Castellanos, hasta entonces mano derecha de Ortega , principal artífice de la exitosa salida a bolsa del gigante textil en 2001 e ideólogo de su activo más valioso: su estudiado modelo de producción de proximidad que permite distribuir nuevas colecciones cada 15 días a cualquier establecimiento del mundo.

    La nueva etapa de Inditex con Isla al frente estará centrada principalmente en el desarrollo del negocio online y en minimizar el impacto de la crisis del consumo internacional. Aunque todavía el grupo gallego ha preferido no adelantar ningún dato referido a la evolución de la tienda de Zara en Internet, el éxito constatado de este modelo hace pensar a su directiva en cotas altas. Y más aún con su desembarco en Estados Unidos, donde pondrán llegar a zonas donde todavía no han aterrizado con sus tiendas a pie de calle.

    Desde hoy mismo, Amancio Ortega se dedicará a disfrutar de su particular jubilación con un ojo pendiente de sus inversiones inmobiliarias allende los mares y el otro puesto en su tesoro más preciado, Inditex.