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Chávez vuelve a Cuba para someterse a quimioterapia
El mandatario, de 56 años, expresó que estaba enviando una carta a la Asamblea Nacional pidiendo autorización para salir del país desde el 16 de julio, aunque no dijo por cuánto tiempo, a fin de iniciar un "lento y complejo proceso de recuperación".
El mes pasado Chávez fue operado en Cuba dos veces, donde le extirparon un tumor canceroso que ha descrito del tamaño similar a una pelota de béisbol.
"Esta segunda etapa comenzará en los próximos días con la aplicación de quimioterapia ya planificada científicamente, al detalle, y estoy seguro que la segunda etapa contribuirá a seguir por el camino de la recuperación de la salud", dijo a periodistas en el palacio presidencial tras despedir al presidente electo de Perú, Ollanta Humala.
Chávez no hizo referencia a si dejaría encargado de la presidencia al vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua.
"Tengo fe en Dios, en la ciencia médica y en nuestros médicos cubanos, venezolanos y en todo el personal que me atiende y en mí mismo, y en esta voluntad de vivir, para nuestro pueblo, para mis hijas (...) que va a continuar por el camino de la recuperación esta segunda etapa", dijo acompañado de sus hijas, una de ellas visiblemente afectada, guardias de honor y ministros.
Minutos después, la Asamblea convocó a una sesión extraordinaria para el sábado para considerar la petición de Chávez.
El fornido militar, quien ha perdido peso desde que fue operado, no ha revelado qué tipo de cáncer padece, pero una fuente cercana al equipo médico que lo atiende dijo a Reuters recientemente que padecería cáncer de colon, lo que requiere un prolongado tratamiento.
El secreto sobre su enfermedad ha sembrado dudas sobre su capacidad de liderar, como siempre lo ha hecho en sus 12 años de Gobierno, una campaña electoral por su reelección en 2012.
La oposición ha insistido en que el país debe ser informado sobre el estado real de la salud del gobernante. Durante su ausencia anterior fue criticado por no haber delegado el poder en el vicepresidente y haber tomado decisiones a "control remoto" desde La Habana.
El presidente reconoció esta semana que "hay que aprender a delegar" y que él no podía estar pendiente de todos los asuntos y ser el alcalde de toda la nación, encargándose desde los proyectos más estratégicos hasta el asfaltado de las calles.