GMV tiene la llave para guardar los datos de los satélites en el futuro
En 2010, se espera que el almacenamiento anual de datos de satélites de observación se acercará a los 28.000 TeraBytes, una cifra que multiplica por más tres la información generada en la actualidad. Con los actuales sistemas de almacenamiento sería imposible conservar esta información y, sobre todo, utilizarla para fines de investigación o prevención.
El grupo español GMV tiene la llave para guardar todos estos datos suministrados por los satélites en el futuro. Ayer, 27 de mayo, ante todos los gurús del sector, un equipo de la compañía de sistemas y redes de información presentó los resultados de su estudio en el prestigioso Simposio de Sistemas y Tecnologías de Almacenamiento Masivo de Datos que se celebra en Denver (Colorado).
Este informe, encargado por la Agencia Europea del Espacio y cuyos datos se dan en abierto para compartir con la Comunidad Científica, certifica que en los últimos años el campo de observación de la tierra ha aumentado considerablemente. Los satélites captan datos que nos dicen lo que sucede en el planeta en meteorología, geología, concentraciones de gases, vegetación o fuegos forestales.
Pero, ¿cómo preservar estos datos que se acumulan de manera exponencial y, sobre todo, cómo poder compartirlos? GMV ha presentado un modelo estándar que permite a todas las grandes empresas de archivado del mundo saber en qué situación está su tecnología. Es como si todos los ordenadores del mundo tuvieran el mismo sistema operativo.
"Empresas como Dell, Hp, Oracle o Cysco se pueden beneficiar de este nuevo sistema de archivado", según explica a elEconomista, Oscar Pérez Navarro, director de la división de proceso de datos de GMV, que ha participado en la exposición de Denver. La clave es que se homologarían "todos los grandes sistemas de almacenamiento que existen en la actualidad".
Un sistema con múltiples aplicaciones
Y no sólo es que se puedan compartir, sino que las imágenes por minuto que pueda captar un satélite se podrán guardar con la mayor definición posible, ya que el problema de capacidad no sería tal. ¿Se imaginan lo que esto podría suponer para el estudio del cambio climático?
Además, en una catástrofe natural como la ocurrida en Lorca con el fatal terremoto, la observación por satélite permite multitud de aplicaciones. Y no sólo las evidentes de labores de protección civil para actuar en una primera fase del siniestro, sino otro tipo de información vital, por ejemplo, para las aseguradoras.
Por poner un ejemplo, si se puede manejar una imagen al detalle de todos los coches de Lorca antes del seísmo, se pueden evitar intentos de estafa de gente que quiera aprovechar el terremoto para arreglar golpes en su coche que ya estaban antes del siniestro. Lo mismo ocurre evidentemente con los inmuebles.
Pero este detallado informe de GMV que ayer se presentó para homologar los sistemas de archivado se puede quedar obsoleto en poco tiempo. De hecho, la Agencia Europea de Seguridad ya está ultimando un nuevo concurso para presentar nuevos estudios en los que se englobe todos los últimos avances tecnológicos. Y, por supuesto, GMV también se presentará.