Empresas y finanzas

General Motors en España: hoy se cumplen 25 años de la llegada del 'gigante' de la Automoción

    Planta de General Motors en Zaragoza.


    Fue también el 5 de noviembre, pero de 1982. Juan Carlos I inauguraba la planta de producción de General Motors (GM) en Figueruelas (Zaragoza), aunque había empezado a funcionar algunos meses atrás. En concreto, en agosto de ese año

    Con este acto comenzaba un proceso de cambios en el panorama económico aragonés y español que se inició ya en 1979 con la firma del acuerdo con el Gobierno central para la instalación de esta factoría en España, y que se estuvo gestando durante la construcción de la planta para ponerse de manifiesto a lo largo de estos 25 años de andadura.

    El impacto en la economía de la comunidad y en el tejido aragonés de esta planta, concebida para fabricar un modelo que se exportaría a 70 países, se dejó sentir muy pronto en la generación de empleo -con una plantilla media de 8.000 trabajadores que ha llegado a aumentarse hasta los 9.400 empleos-, y la creación de una importante industria auxiliar que con los años se ha ido asentando por todo Aragón, contribuyendo a cambiar la situación económica de numerosas localidades eminentemente agrícolas y ganaderas, que pasaban a tener un mayor peso en el ámbito industrial y, en consecuencia, en la creación de servicios.

    De hecho, su importancia sigue siendo evidente hoy en día, dado que las exportaciones de GM España representan el 50 por ciento del total de las aragonesas, y la compañía, junto con sus proveedores, suponen el 23 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón.

    El 'mítico' Opel Corsa

    La historia de GM España ha estado vinculada siempre a la actividad de la marca Opel y, en concreto, del modelo Corsa, del que se ha producido hasta la cuarta generación, aunque a lo largo de los años se han fabricado otros vehículos como el Tigra, Astra y Kadett.

    A día de hoy, la planta acoge la producción del último modelo Opel Corsa, del Meriva (comenzó a fabricarse en enero de 2003) y del Combo (desde febrero de 2007), además de producir adicionalmente juegos de componentes para otras factorías de GM como piezas del Corsa para la planta de Eisenach en Alemania o para el Tigra Twin Top que se envían a la planta francesa de Heuliez.

    Con récords de producción como los registrados en diciembre de 2003 al fabricar 460.000 unidades, la planta de Figueruelas (cuyas ventas se destinan a Alemania, Reino Unido, Francia, España, Italia, Portugal y resto de la Unión Europea, principalmente) se ha convertido en la actualidad en la de mayor capacidad productiva de la compañía, la que más empleados tiene y la única de GM con dos líneas de producción independientes y tres modelos de vehículos (Corsa, Combo y Meriva), aparte de ser la que más volumen de producción tiene asignado de todo el grupo con 2.100 coches diarios.

    Pionera en el 'tercer turno'

    E hitos en su historia también han sido el hecho de ser la primera planta en el mundo en la implantación del tercer turno de producción y la puesta en marcha de un plan industrial, aprobado en 1992, con el que se iniciaba la fabricación de componentes para Alemania, Portugal y Brasil, lo que posibilitó que Figueruelas se convirtiese en el centro matriz de la fabricación del nuevo Corsa a nivel mundial.

    Pero en este camino ha habido momentos de incertidumbre que han demostrado la vulnerabilidad de la empresa y su dependencia de la producción. Años como 2001 se recuerdan como el peor en la planta de Figueruelas al dejarse de hacer 32 jornadas y bajar la producción diaria de 1.950 a 1.800 vehículos.

    La puesta en marcha del Plan Olimpia, negociado en 2002, favoreció el mantenimiento de la capacidad productiva aunque no evitó la segregación en tres áreas: chasis, envío de piezas y carga de vehículos, lo que afectó a 650 empleados.

    Duros momentos

    Y duros momentos fueron también los que atravesó la planta en 2004-05 con la presentación del primer expediente de rescisión de contratos en GM España y que, al final, afectó a 412 trabajadores de los 618 contemplados inicialmente, al paralizarse este proceso en 2005. No obstante, esta situación generó una mayor afección en el empleo en Aragón en la que se vieron implicados 900 trabajadores de las empresas auxiliares.

    Una coyuntura que parece haberse solucionado con el compromiso de seguir fabricando los vehículos actuales y su permanencia durante los próximos años, aunque con la sombra siempre pendiente de los cambios productivos, de las decisiones empresariales y del anunciado proceso de externalización de los servicios no vinculados directamente con la fabricación de los coches.