El ex presidente de Generali se lleva 16,6 millones por menos de un año en el cargo
Si su llegada al cargo fue polémica, su salida mucho más. Sin haber cumplido un año en su puesto, el ex presidente de Generali, Cesare Geronzi, salió de la primera aseguradora italiana con una indemnización bajo el brazo de 16,650 millones de euros.
Según explicó el consejero delegado de la entidad aseguradora, Giovanni Perissinotto, durante la junta de accionistas que la compañía celebró ayer en Triestre, la cantidad corresponde a la remuneración pactada con el ex presidente de la compañía para el periodo de tres años para el que había sido elegido.
De esta forma, Persissinotto justificó la entrega de una cantidad con la que se quiere zanjar cualquier conflicto judicial derivado de la tormentosa salida del ex presidente de la aseguradora que, a su vez, procedía de Mediobanca ? el principal accionista de Generali con el 13,24 por ciento.
Geronzi fue nombrado presidente de Generali el 24 de abril de 2010, tras el abrupto abandono de la entidad de su predecesor el francés Antoine Berhein. Sin embargo, su gestión fue cuestionada desde el primer momento hasta que el pasado 6 de abril se celebró un consejo de administración en el que se quedó sin ninguno de los apoyos para seguir al frente de la entidad.
Los principales accionistas de la aseguradora fueron retirando progresivamente el apoyo a Geronzi mientras que otros, entre los que se encontraba la actual primera ejecutiva del Santander UK, Ana Patricia Botin, prefirieron presentar su dimisión para evitar tener que pronunciarse sobre la continuidad de Geronzi.
El caso es que el ex presidente de Generali ni siquiera llegó a celebrar una junta de accionistas, ya que su nombramiento se produjo tras la celebración de la asamblea de 2010 y la que se celebra hoy en Trieste ya está presidida por Grabriele Galiteri de Genola, el sucesor que hasta su llegada había sido el presidente de Telecom Italia.
El nuevo presidente de la entidad que tomó posesión del cargo el pasado 11 de abril tuvo que soportar, sin embargo, las críticas a la decisión de abonar la indemnización a su predecesor durante una junta de accionistas que arrancó a las nueve de la mañana.