Empresas y finanzas
Santander retiene a sus directivos sin necesidad de mejorarles el sueldo
La fuga del primer ejecutivo del Santander en Reino Unido destapó la caja de los truenos. Antonio Horta-Osório fichó por el Lloyds en Londres y, además, se llevó a cuatro directivos del Santander UK. ¿Qué se puede hacer para evitar que esto ocurra de nuevo? Lo que se contempla en la normativa internacional sobre Códigos de Buen Gobierno y que permite retener a los directivos en la entidad. ¿A cambio de qué? De nada.
El banco que preside Emilio Botín decidió, en su consejo de administración del pasado 24 de enero, bajar las compuertas para evitar cualquier posible fuga de los 31 altos directivos de la entidad a través de tres sencillas cláusulas cuya aplicación no es extraña para el ámbito anglosajón, en determinadas empresas privadas y en algunos de la Administración Pública.
Aunque muchas de ellas ya se venían aplicando para buena parte de la dirección, ahora se amplía a todos. Y una de las más controvertidas, es la de no competencia. Cualquier directivo que abandone la entidad no podrá trabajar en ningún otro banco por un periodo de dos años, como ocurre en el resto del sector financiero español. Una restricción que podría ser inferior en función de la legislación del país en el que ese momento se encuentre el directivo del banco.
La otra cláusula que ahora se pone negro sobre blanco para toda la alta dirección de la entidad que preside Emilio Botín es la que impedirá a los directivos llevarse a su equipo a la nueva entidad. El Santander intenta evitar, de este modo, que se repita el movimiento del directivo portugués que se fue a Lloyds y se llevó consigo a Allison Britain, Antonio Lorenzo, Juan Colombás y Mathew Young. La tercera cláusula que aplicará el Santander a través de una addenda que se incorporará a los contratos de la alta dirección confiere a la entidad que preside Emilio Botín la potestad para determinar cuándo se termina la relación laboral con el directivo que ha decidido abandonar la entidad.
Salida de la entidad
A través de esta cláusula, el banco determinará las reglas sobre cómo será el proceso de salida de un directivo desde la fecha de preaviso hasta que se produzca la salida definitiva. De tal forma, que si el banco decide que el directivo abandone la entidad al día siguiente de anunciar su intención de dejarla, así se hará.
En el momento en el que la entidad decidiera romper el contrato con alguno de sus miembros de la alta dirección, pasarían a tener la condición de prejubilado o de jubilado, en función de la edad. Según los datos recogidos en el Informe de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de la entidad, a 31 de diciembre de 2010, el Santander acumulaba compromisos por pensiones con los seis consejeros ejecutivos por 255 millones de euros.
Las nuevas cláusulas se aplicarán sin ningún tipo de contraprestación por parte de la entidad, aunque hay que recordar que las negociaciones entre la entidad y los directivos son privadas. Fuentes oficiales de la entidad financiera rechazaron hacer comentarios sobre estas cláusulas que se aplicarán en el banco y cuya aprobación se produjo durante el consejo de administración del 24 de enero, es decir, sólo un mes después de que Antonio Horta-Osório anunciará su salida del banco.