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Países ribereños aún lejos de lograr acuerdo para reparto recursos del Caspio



    Moscú, 15 oct (EFECOM).- Moscú aseguró hoy que los países ribereños del Caspio (Irán, Rusia, Kazajistán, Azerbaiyán y Turkmenistán) aún están lejos de alcanzar un acuerdo para el reparto de los recursos energéticos y pesqueros de ese mar, el más grande del planeta.

    El asesor del Kremlin, Serguéi Prijodko, adelantó que en la cumbre de mañana, martes, que tendrá lugar en Teherán, se firmará una declaración, aunque "ese documento no especificará ni los kilómetros ni los sectores que corresponden a cada país".

    En la segunda cumbre del Caspio -la primera tuvo lugar en Bakú en 2002- participarán los jefes de Estado de Rusia, Vladímir Putin; Irán, Mahmud Ahmadineyad; Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev; Azerbaiyán, Ilham Alíev, y Turkmenistán, Gurbangulí Berdimujammédov.

    Prijodko instó a Irán a modificar sus postura con el fin de allanar el camino para la firma de una convención que determine definitivamente el estatuto jurídico del Caspio.

    El portavoz del ministerio ruso de Exteriores, Mijaíl Kaminin, informó de que los cinco países alcanzaron antes de la cumbre un acuerdo sobre "el uso del Caspio con fines exclusivamente pacíficos" y la prohibición de la navegación de buques con bandera de otros estados.

    A pesar de que ya han pasado dieciséis años desde la desintegración de la URSS, esos cinco países aún no se han puesto de acuerdo sobre el estatuto jurídico del mar y el reparto de los recursos.

    El único acuerdo multilateral suscrito por los cinco países fue el convenio de conservación del ecosistema del Caspio firmado en agosto de 2006.

    Por razones desconocidas, en los últimos 20 años el nivel del mar Caspio se elevó en 2,6 metros, lo que representa una gran amenaza para los once millones de personas que viven en su ribera.

    Según el Foro de Seguridad Energética, la región del Caspio apenas representa el 2 por ciento de la producción mundial de hidrocarburos, debido a la falta de acuerdo en los países limítrofes para su explotación.

    El Instituto de Investigaciones Estratégicas de Kazajistán cifra en unos 30.000 millones de barriles de crudo las reservas del Caspio, además de cinco billones de metros cúbicos de gas, mientras las previsiones más optimistas hablan de más de 200.000 millones de barriles.

    Estas cifras convertirían al Caspio en la alternativa ideal para Oriente Medio, habida cuenta del interés de Europa, China y Japón en reducir su dependencia energética de esa inestable región.

    El Caspio era compartido por Moscú y Teherán según los tratados de 1921 y 1940, pero la desintegración de la Unión Soviética en 1991 puso fin a este entendimiento con la independencia de las otras tres repúblicas ex soviéticas ribereñas.

    Aunque Irán llegó a exigir el control de la mitad del mar, oficialmente Teherán pide, o bien el condominio de todo el mar entre todos los Estados ribereños, o la división del mismo en cinco partes iguales.

    Mientras, Rusia y sus aliados apuestan en mayor o menor grado por una división proporcional a la línea de costa, lo que significaría para Irán la porción menor y los yacimientos menos atractivos, y Turkmenistán no ve con malos ojos el reparto del lecho marino.

    Ante la indecisión iraní, el Kremlin ha firmado sendos convenios bilaterales con Azerbaiyán y Kazajistán, por los que los tres países se reparten el norte y oeste del Caspio, precisamente los sectores más ricos en crudo y gas, situados mar adentro.

    Además de los recursos energéticos, los países limítrofes acaparan el 90 por ciento de las exportaciones mundiales de caviar negro o huevas de esturión, uno de los manjares más caros del mundo.

    El salado Caspio es considerado el lago más grande del mundo con una superficie de 370.886 kilómetros cuadrados, extensión mayor que la de Italia. EFECOM

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