Empresas y finanzas

Testigo adelanta su comparecencia por estar embarazada de nueve meses



    Madrid, 10 oct (EFECOM).- La testigo María Elena Sánchez Cabrera adelantó hoy su comparecencia ante el tribunal de la Audiencia Nacional, que juzga el escándalo financiero de Gescartera, por estar embarazada de nueve meses y haber salido ya de cuentas.

    Tanto Sánchez Cabrera, como su padre, Ignacio Manuel Sánchez Fernández, participaron en una red de testaferros creada por el asesor fiscal de Gescartera Julio Rodríguez Gil, para imputar minusvalías en las operaciones del mercado de derivados que realizaba la agencia de valores intervenida, según el fiscal.

    Sánchez, militar jubilado, había recibido en 1999 una oferta de trabajo del presidente de Hari 2000 y asesor fiscal de Gescartera, Julio Rodríguez Gil, a cambio de sus presuntas gestiones de captación de testaferros, por las que también declaró hoy como testigo.

    Hoy, en su comparecencia como testigo, su hija afirmó que "Don Julio" (Julio Rodríguez Gil) les ofreció "firmar unos papeles en blanco" para figurar por unos inversores que "tenían mucho dinero" y "ganar algo de dinero", si esas aportaciones "a largo plazo" tenían resultado positivo.

    Sánchez Fernández reconoció haber captado a otras siete personas, entre las que estaba su hija y otras amigas suyas, para los fines que le comentó Julio Rodríguez Gil, del que se fiaba porque era una persona "convincente", "había trabajado en Hacienda" como subinspector y era "de confianza", pues "incluso salía con él a andar por el campo en Torrevieja" (Alicante).

    Se utilizó, para ello, según Sánchez Cabrera, "los datos del Documento Nacional de Identidad", pero, insistió la testigo, "en mi vida he invertido porque ni tenía ni tengo dinero" porque nunca dispuso del "mogollón de millones" (50,8 millones de pesetas) con los que figuraba en la lista de testaferros.

    "Incluso dije en el banco (Caja Madrid) que esta cantidad no era mía", aclaró al fiscal Vicente González Mota la testigo, quien reconoció varias personas de la lista de testaferros confeccionada presuntamente por Julio Rodríguez Gil y que la juez de instrucción Teresa Palacios le recomendó, en 2001, al declarar como imputada, que "mirase los contratos" antes de firmarlos.

    Su padre Ignacio Sánchez reconoció ante el tribunal que su relación se estropeó con Rodríguez Gil, "con todo lo que pasó con su hija" y "el engaño", pues él tampoco invirtió nada en Gescartera ya que tiene hasta una hipoteca de cuarenta años.

    La jueza del tribunal Carmen Paloma González Campos despidió a la testigo deseándole que le fuese bien en el inminente parto. EFECOM

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